Largo tiempo veo observando a los seres de este foro; algunos me causan cierta curiosidad, otros en cambio me parecen graciosos. Considero que es tiempo de empezar a compartir con ustedes, descubrirlos y, si es posible, transitar a una aventura algo más interesante. ¿De mí? Muy poco, por obvias razones: me gusta estar en el anonimato. Tengo una vida distinta; ciertamente nadie en mi círculo o en mi trabajo sabría que estoy en esta especie de 'grupo'. Esta es como mi parte oculta, aquella faceta que muchos de nosotros o bien nos da vergüenza admitir o, irremediablemente, aceptamos como nuestros bajos instintos. Creo que estoy en el límite, en la frontera entre aceptarlo y aún mantenerme resguardado en el perfil bajo que el anonimato te puede brindar.
La verdad, pensándolo a profundidad, aquí podemos ser lo que queramos, ¿cierto? Hombres débiles pretendiendo ser fuertes, tipos tranquilos tratando de expresar sus más fervientes delirios, dominadores o dominados, depredadores o victimas, cónsules o mercenarios, desde el esclavo mas miserable que se arrastra en el lodo hasta el mas virtuoso de los seres. Tal vez, en el largo tiempo que pretendo quedarme, tome un papel y lo actúe; pero lo que no tengo duda alguna es que me divertiré saboreando la mente y las fantasías que ustedes, en su inocencia, en su precluida imposibilidad de contenerse o tal vez en sus mas bajos impulsos, acciones que puedan cometer el error de desvelar ante mí cierta parte de su fracturada naturaleza. Y, claro, no olvidemos lo que se mencionaba sobre el rigor del quinto mandamiento de las leyes divinas y humanas, que juzgaban: "Que las maldiciones del Firmamento, que el odio de los ángeles..." A algunos no nos importa con hacer daño, solo estamos aquí para disfrutar lo que venga después ya sabremos como afrontarlo, Saludos.
La verdad, pensándolo a profundidad, aquí podemos ser lo que queramos, ¿cierto? Hombres débiles pretendiendo ser fuertes, tipos tranquilos tratando de expresar sus más fervientes delirios, dominadores o dominados, depredadores o victimas, cónsules o mercenarios, desde el esclavo mas miserable que se arrastra en el lodo hasta el mas virtuoso de los seres. Tal vez, en el largo tiempo que pretendo quedarme, tome un papel y lo actúe; pero lo que no tengo duda alguna es que me divertiré saboreando la mente y las fantasías que ustedes, en su inocencia, en su precluida imposibilidad de contenerse o tal vez en sus mas bajos impulsos, acciones que puedan cometer el error de desvelar ante mí cierta parte de su fracturada naturaleza. Y, claro, no olvidemos lo que se mencionaba sobre el rigor del quinto mandamiento de las leyes divinas y humanas, que juzgaban: "Que las maldiciones del Firmamento, que el odio de los ángeles..." A algunos no nos importa con hacer daño, solo estamos aquí para disfrutar lo que venga después ya sabremos como afrontarlo, Saludos.
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