Siempre te veo

shinhy_flakes

Jinete Volad@r
Miron
Bakala
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«Uno nunca está solo. Si estás con tu mente, tendrás compañía»
~ .

Yo me considero una mujer poco interesante, muy rutinaria, pero siempre me decían que mi vida, de "lejos”, parecía interesante, lo que siempre me pareció extraño. Vivo sola en mi casa alquilada, estudio y trabajo, es todo lo que hago. En mi tiempo libre escucho música, veo películas y leo, lo normal. No podía pensar que eso le pueda parecer interesante a otra persona.
Esa idea, llegó incluso a obsesionarme, con que era aburrida y nunca tendría una relación por esta razón. No tenía familia, fui la única superviviente de un desastroso choque automovilístico (el cinturón de seguridad trasero fue lo único que me salvó), en mi trabajo no tenía amigos, y en la facultad apenas hablaba con algunas chicas de mi clase, con gustos similares (tanto en música, como en literatura y películas). Todas tenían pareja, incluso algunas se habían casado, empezaban a plantearse el tener hijos . Yo, con envidia y bajezas pensé que ese podría ser su mejor logro, tener una familia, lo más común y fácil este mundo, que eran metas muy bajas.
No me reconocía, me estaba volviendo antisocial, con grandes críticas negativas hacia todo, una fuerte rabia y rencor, un gran odio hacia cualquier persona que fuese feliz, lo que alejó a la poca gente con la que solía entablar conversación.
Todo cambió un día, cuando decidí salir, una noche de otoño como cualquier otra, al ver el estreno de la tercera parte de una película de terror que venía siguiendo de cerca en el cine. Al salir satisfecha de la función, un hombre bastante atractivo me habló.
Él me dijo: -¿Qué hace una chica tan bonita como tú sola aquí?-
Me sonrojé y le respondí: -Solo veía una película-
-Te invito a comer algo, conmigo- Procedió a decir él.
-Claro, me parece bien- Dije finalmente, sin poder creer la escena.
El hombre se mostraba amistoso, sin malas intenciones. Comimos, charlamos un rato y nos reímos, como si fuéramos amigos de mucho tiempo. Cada uno pagó su comida y quedamos en encontrarnos algún día, estableciendo contacto telefónico, por lo que él me pasó su número de teléfono y yo el mío.
No pensaba llamarlo yo, por miedo a parecer "fácil". No lo hice, después de unos días, él me llamo. Estaba nerviosa, puesto que era lo que se encaminaba a mi primera relación, me pareció muy repentino, pero en esos días me sentía muy solitaria. Recordé que aún no sabía su nombre, por lo que luego de hablarle un rato por teléfono, arreglamos para vernos en donde él decía, un lugar "maravilloso".
Yo, algo dudosa, accedí a ir al lugar y me dirigí a la dirección. Era un hermoso lago, donde charlamos y le pregunté su nombre, a lo que me respondió que se llamaba Bill Jones, en ese momento no me percaté del ridículo nombre que me había dicho. Ese lago se transformó en nuestro lugar especial, un ambiente romántico y solitario, donde nos dimos nuestro primer beso.
"Bill" era un chico directo, con iniciativa, pero respetuoso y tierno, por lo menos el primer tiempo.
De pronto, me encontré saliendo casi todos los días con él, durante un mes, intercambiando diálogo tras diálogo. Hasta que comenzó el típico "ritual" de intercambio de preguntas en una pareja. Lo raro fue que él me preguntaba cosas muy personales, como si supiera casi todas las cosas sobre mí. Afirmaba cosas, que estaba segura que no le había dicho, la muerte de mi familia, como iba en determinada materia de la facultad, entre cosas de la vida diaria. Aun así, en ese momento lo ignoré, pensé que me había olvidado cuando se lo dije. La tarde terminó, y cada uno volvió a su casa. Yo tenía un curso en la noche, por lo que estudié un poco sobre la materia de esa noche, psicología.
Al llegar a la puerta de la facultad me encontré con un compañero de mi curso, Juan, tenía un buen físico, y una gran inteligencia. De la nada, espontáneamente me comenzó a hablar. Me extrañó mucho, ya que siempre me observa de forma extraña, como si tuviera algo en el rostro. Le hablé de forma algo fría y cortante, por un "respeto" a Bill, cosa bastante estúpida realmente. Sin embargo, él se mostraba cálido y amistoso, por lo que finalmente le hablé de manera más "cálida". Hablamos un tiempo muy amistosamente, incluso se nos hizo tarde para la clase.
Al terminar la clase, el chico que me había hablado, me saludó con un beso en la mejilla. Quise reaccionar mal, pero no pude ante tal acto.
Luego de ésto, viajé de vuelta a mi casa. En el momento que llegué no noté nada extraño, pero pronto sentí una mirada acosadora, estaba segura de que alguien me observaba de algún lugar. Comencé a volverme paranoica, tapando ventanas, apagando luces y demás cosas con la intención de ocultarme. Finalmente, al convencerme de que no había nadie, lo ignoré y proseguí a dormirme.
Al amanecer, exactamente a las 5 a.m., recibí una llamada de Bill. Atendí dudosamente. Se le notaba por la voz que estaba algo nervioso y me preguntó si podía asistir a su casa, acto seguido me dijo su dirección. Yo, asustada, le dije que estaría allí a la brevedad. No pensaba ir hasta dentro de unas horas, puesto que las 5 de la mañana es una hora peligrosa y muy temprana para salir, pero sentí que era algo importante, por lo que por algún impulso emocional, me dirigí hacia allá.
Ya en la dirección noté algunas cosas: La casa era de un estilo antiguo, con un aspecto de abandono. Colgaban telarañas por los costados de las paredes, la pintura estaba corrida y descuidada, tenía muchos grafitis con insultos y frases, los cristales de la puerta estaban rotos y desde el pequeño espacio entre ellos se podía observar un oscuro pasillo en malas condiciones.
Verifiqué la dirección, y efectivamente era la que me había indicado Bill. Toqué el timbre y la voz de Bill, con un tono de enojo y muy alto, me dijo que pasara. Proseguí a entrar al tenebroso lugar. El oscuro pasillo sólo estaba iluminado en ese momento por la débil luz del amanecer otoñal, al final de este largo pasillo había dos puertas entre abiertas, cada una a distancia corta entre ellas. Exploré sigilosamente las dos habitaciones, y es hasta el día de hoy que no sé describir cuál de las dos fue peor. La primera habitación a simple vista parecía un cuarto sencillo. Cuatro paredes blancas, una polvorienta cama y un mueble con libros, pero el decorado era espantosamente enfermo: Tenía fotos mías y de mi familia (de todas las edades y en todos los tamaños), libros con archivos escritos de mis actividades recientes, incluso un mechón de pelo mío (guardado celosamente bajo el libro, el cual se encontraba sobre el mueble). Sin dudas Bill estaba enfermo, tenía una obsesión.
Invadida por el terror, lancé un fuerte grito, pero no sería nada comparado con el terror de la otra habitación.
Apresuradamente y con pánico, resolví entrar en la siguiente habitación. Encontré en ella, las apenas visibles blancas paredes, teñidas casi por completo de un profundo color rojo, tan profundo como la sangre. Esparcido por todo el suelo, se encontraban pedazos del chico que me había hablado en la facultad, el cual pude reconocer por la ropa que tenía, puesto que su cuerpo estaba completamente destrozado, y sus órganos ahora estaban completamente pulverizados y eran parte del decorado de la sala. Bill apareció detrás de mí con una horrible mascara blanca, la cual cubría todo su rostro y un hacha ensangrentada, suspiró y dijo: - Tuvo su merecido por meterse con mi novia-.
Yo no tuve otra reacción más que gritar aún más fuerte, pero este grito fue callado por las ensangrentadas manos de mi antiguo "amor". Entonces Bill siguió con su discurso: -No te asustes, no podría dañar a mi amada. No desperdiciaría años de seguimiento y estudio para finalmente matarte, querida mía. Te observo desde lejos hace mucho, sé cada movimiento tuyo desde entonces, la tragedia de tu familia, tus relaciones amistosas, tus gustos, tus ideas. Te conozco mejor que vos misma, no podés escapar de mí-.
Estas palabras, encendieron horror en mí, y luego una morbosa curiosidad interna ¿Por qué alguien me estudiara por 3 años, siendo yo una chica "normal y aburrida"?.
Realmente estaba en una situación difícil, no sabía qué hacer, podía intentar matar a Bill con su hacha, pero sería difícil debido a su evidente fuerza superior en comparación. O podría inventar algo para engañarlo y lograr escapar de su implacable amenaza. Decidí hacer lo segundo, por mi propio bien. Le dije que todo estaba bien, que podríamos seguir nuestra relación y que me olvidaría de todo. Él reaccionó positivamente, pero con ayuda de su hacha y su intimidante máscara, me obligó a limpiar la sangrienta escena. Aterrorizada accedí. Limpié toda la sangre del piso y las paredes, recogí los órganos y cualquier residuo en una bolsa (como me había encargado Bill) y finalmente procedí a incendiar el cuarto con la esperanza de borrar todo rastro de sangre. Él prosiguió a encargarse del cadáver: Recogió la bolsa repleta de órganos, que antes fueron una persona, la refrigeró en el congelador, y preparó la tina con soda caustica, la cual tenía preparada hace ya mucho tiempo y estaba a la mitad, ya que la había usado para situaciones similares, según me dijo él. Borró todo rastro de aquel chico. Cualquier cosa que podría haber sido demostrada, se fue por las cañerías con la soda caustica en ese momento. En ese momento también, un chico fue "tragado por la tierra" para su familia.
Después de obligarme, además de limpiar, a ver toda esa escena, me dejó irme a mi casa, asegurándome que me estaría observando siempre.
Mi cabeza estaba perdida, no sabía qué hacer. Estaba dispuesta a denunciarlo, pero no podía. Su nombre, claramente no era real, la dirección de su casa, según sospeché y lamentablemente confirmé, era una casa abandonada y su teléfono no existía. No tenía nada.
Junté el dinero que pude y decidí viajar a otro país, huir rápidamente de ese enfermo acosador. Casi lo logro, estaba ya dentro del avión para ir a Estados Unidos, sin signos de él cerca, cuando sentí que algo está mal, en mi corazón y mi mente. No podía entenderlo en ese momento, pero amaba a Bill.
Mi vida era aburrida y sin importancia antes de conocerlo, él me hizo sentir importante y querida, eso es amor verdadero. Me había enamorado de mi acosador.
Al día siguiente seguí mi rutina, esperando algún rastro de Bill, pero no lo encontré. Un espectral susto me llevé al ver en la entrada de la facultad a Juan. Había juntado con mis propias manos todos sus órganos, su piel y su ropa, observé la sangre en aquellas paredes, pero allí estaba él, parado y charlando con gente de su entorno. A mí, ni me observo.
El hecho me asustó demasiado, comencé a pensar que estaba loca. Comencé a investigar en todos los lugares a los que había asistido. Pregunté en el lugar donde habíamos compartido la primer comida, me revelaron que pedí dos comidas, pero solo comí una. Verifiqué la dirección de la casa, estaba allí. Al verme, un vecino del lugar me preguntó por qué había entrado el otro día, a lo que respondí que Bill me había llamado. Me dijo que nadie vivía allí, nadie había entrado hacía más de una década.
Ya no sé qué pensar, tal vez fue un mes de insanidad, se dice que la soledad puede generar amigos imaginarios, incluso algunos asesinos...