En primer lugar quiero decir que no intenten esto, por lo que más quieran, solo dejo esto aquí para que alguien curioso y hambriento de conocimiento obscuro quiera leerlo. Aquí vamos…
Para empezar con este ritual, necesitarás lo siguiente:
-Que sean exactamente las 1:30 de la mañana, es recomendable que estén solos en su casa para que nadie pueda interrumpir con el ritual.
-Una linterna, vela, o cualquier fuente de luz, pero pequeña, y que se pueda apagar rápido.
-Un cuchillo pequeño, o cualquier objeto cortante.
-Un vaso, vasija o recipiente.
Ahora, empieza el ritual:
Despeja lo más que puedas la habitación en donde está tu computador, si tienes espacio en el mueble, pon el cuchillo, el recipiente y la fuente de luz (usaremos de ejemplo una linterna). El paso a seguir es muy importante, es una regla del ritual. Si estás dispuesto a hacer el ritual, continúa leyendo, pero si no quieres hacerlo, puedes retirarte ahora. Te lo advierto, si lees el ritual sin querer hacerlo… el resultado te aguarda al final…
Bueno, primero deberás apagar las luces de tu habitación y decir estas palabras, procura decir tu nombre en el guión bajo: (_______) “me survili ra mkit’khavt’, es sitqvebi emsakhureba, rogorts’ khelshekrulebit’. Me ________ da gavaket’eb t’k’veni saritualo agina”.
No importa si las pronuncias mal, él te entenderá bien. Hay varias partes en el ritual en el que podrás retirarte. Si eres sabio, lo harás y no te arriesgarás.
En este momento, escucharas unas pequeñas voces provenientes de la ventana más cercana. Si no escuchas nada en los próximos diez minutos, deberás decir esto, si quieres continuar el ritual: “me ganikhileba ughirsi, gt’khovt’, me gt’khovt’ kidev ert’ shanss”. Si te perdona, te dejará continuar el ritual, pero deberás pagar con un poco de tu sangre.
Córtate un poco, y deja caer exactamente tres gotas en el recipiente. Si no quieres continuar, deberás decir: “me ganikhileba ughirsi, rogorts’ es t’k’veni neba, me pensiaze duk ing”, y encender las luces, siempre con la cabeza agachada.
Si has decidido retirarte, podrás leer el resto del ritual, pero sin una gota de arrepentimiento, el resultado te aguarda al final…
Luego de escuchar las voces o haber derramado un poco de tu sangre, dirígete a la cocina. Encontrarás todo manchado de sangre y a oscuras.
Pero una pequeña luz comenzará a brillar, como fuego. En el horno, o microondas de tu cocina, verás cómo un bebé comienza a derretirse, y las ampollas que le produce el calor explotan hasta que sus ojos comienzan a salirse y finalmente mueren, mientras escuchas sus llantos de dolor como si llevaras auriculares puestos. No podrás hacer nada para abrir la puerta. La puerta del horno o microondas se abrirá, y el bebé saldrá gateando, sin sus ojos, con múltiples quemaduras y con su piel achicharrada; te pedirá que lo tomes en brazos, estirando sus manitos. En ese momento, no importa la pena o repulsión que te dé, patéalo en la cabeza. Si lo tomas en tus brazos, te abrazará, pero te estrangulará tan fuerte que perderás la razón y comenzará a comerte vivo.
En cuanto lo patees, quedará inconsciente; debes meterlo en el horno o microondas de nuevo durante el mayor tiempo posible. Hazlo ahora, luego vuelve aquí.
Bien, el bebé no era más que un demonio caníbal que invocaste al pronunciar las primeras palabras del ritual. Lo siguiente es salir de tu habitación. Encontrarás un pasillo largo y obscuro, no podrás ver a más de un metro de ti.
Es el momento para usar tu fuente de luz, en este caso, una linterna. En cuanto alumbres, podrás divisar una niña al final del pasillo, con ojos amarillos, y boca cocida. ¡No apartes la luz de ella! ¡No dejes de mirarla! Si las pilas de tu linterna fallan, una brisa de viento apaga tu vela, o acaece cualquier cosa que impida que veas a la niña, escucharás cómo el hilo en su boca empieza a romperse y podrás divisar un gran ojo amarillento, del que emana una luz de igual color.
El ojo proviene de su boca y comenzará a acercarse. Si puedes, vuelve a encender la fuente de luz como puedas; si no logras hacerlo a tiempo, y alumbrar con la luz su ojo, la niña se acercará a ti, y podrás sentir como verá todos tus pecados, y más profundos pensamientos y recuerdos.
Quedarás en un coma por el resto de tu vida, y cuando mueras, serás un alma en pena cuyo único propósito, será encontrar a la niña que se robó tus pensamientos y recuerdos. Pero si logras alumbrar de nuevo el ojo de la niña, cerrará su boca y su ojo; vuelve a caminar hasta ella. En cuanto estés a menos de un metro de ella, deberás cortarte un poco y dejar caer dos gotas de sangre en el recipiente: que la niña beba tu sangre. Desaparecerá antes de que te des cuenta, y reaparecerás sentado aquí. Hazlo de inmediato.
Has vuelto y sólo te queda el último paso. Di el nombre de alguna persona querida tuya que haya muerto. Esta aparecerá y querrá asesinarte por despertarla de su sueño eterno. Debes decir estas palabras: “sizmari, sizmari, dach’agrulia suli, rom me ar wok upen, t’k’ven mkholod ots’nebobs”
La persona se volverá etérea, un alma parada frente a ti. Dile que te siga, y date la media vuelta. Ya no será tu habitación, sino que estarás en un obscuro bosque. Corre lo más rápido que puedas, el alma de tu ser querido te seguirá sin problemas, solo corre. Ábrete paso a través del bosque hasta que te encuentres con una persona alta, flaca, con una máscara horripilante.
Te será muy familiar, es una pesadilla que tuviste cuando apenas tenías conciencia, que te avisaba que esto pasaría, seguramente no te acordarás. El hombre caminará lentamente, y te pedirá que por favor detengas el ritual, que no quería hacerte daño, pero que no le dejabas opción. Es en este momento en que el hombre o cosa correrá hacia ti. Ponte inmediatamente detrás de tu ser querido. El hombre abrazará el alma de la persona y se quemarán los dos. La persona a quien elegiste dejó de existir. Todos perderán el recuerdo de que alguna vez existió.
Excepto tú. Pestañea tres veces diciendo el nombre de la persona cada vez que cierres los ojos. Volverás aquí la tercera vez que los abras. Ve ahora y haz lo que se te dice, puedes obedecer al hombre y pedir que el ritual se detenga. Ya verás lo que te pasa…
Estás ahora en tu habitación. Está tan oscura que ni siquiera puedes ver el suelo en donde estás parado, solo el brillo de tu pantalla ilumina un poco el lugar, pero no se distingue nada. Todo es negro. Brillarán dos ojos rojos, y escucharás una voz gravísima y ronca, tenebrosa y penetrante.
“Me has invocado, humano, y yo he respondido. Soy él, y te concederé cinco deseos, los que quieras, mientras no revele mi existencia", con esto se refiere a que tu deseo no puede ni debe alterar el orden del mundo. Una guerra nuclear, el mismo fin del mundo, un gran avance tecnológico, una involución, una evolución, un apocalipsis zombie… nada de eso debe ocurrir: los deseos solo pueden afectarte a ti y a quienes te rodean. Ni sea, obviamente, más deseos.
"Por cada deseo, quiero diez gotas de sangre. Deberás derramarlas en el recipiente”.
Una vez pedidos los deseos, la criatura te tenderá la mano. Es una mano negra, con grandes uñas y piel escamosa. En cuanto le des la mano, la tuya arderá como si tocaras una plancha caliente. El vapor va a salir de ella, sentirás como si te echaran aceite hirviendo. Como si fuera poco, la criatura te apretará tan fuerte, que sentirás cómo los huesos de tu mano se rompen, y escucharás que crujen.
Esa clase de dolor nunca la has experimentado, pero no será la última vez. Por las noches, cuando duermas, tu mano arderá como un infierno y se destruirá por dentro, rompiendo y resquebrajando tus huesos.
En la mañana volverás a sentirla normal, pero, desde entonces, una marca en forma de pentagrama invertido estará por siempre en la palma de tu mano. No podrás entrar en el cielo y el lugar adonde irás será peor que el infierno... Si has leído esto, sin tener la intención de hacer el ritual, paso por paso, mejor no mires atrás, porque él está ahí, y te arrastrará con él en cuanto te des la vuelta. Si te has retirado y has leído esto con un poco de curiosidad y ganas de hacerlo, no estarás leyendo esto ahora...
Para empezar con este ritual, necesitarás lo siguiente:
-Que sean exactamente las 1:30 de la mañana, es recomendable que estén solos en su casa para que nadie pueda interrumpir con el ritual.
-Una linterna, vela, o cualquier fuente de luz, pero pequeña, y que se pueda apagar rápido.
-Un cuchillo pequeño, o cualquier objeto cortante.
-Un vaso, vasija o recipiente.
Ahora, empieza el ritual:
Despeja lo más que puedas la habitación en donde está tu computador, si tienes espacio en el mueble, pon el cuchillo, el recipiente y la fuente de luz (usaremos de ejemplo una linterna). El paso a seguir es muy importante, es una regla del ritual. Si estás dispuesto a hacer el ritual, continúa leyendo, pero si no quieres hacerlo, puedes retirarte ahora. Te lo advierto, si lees el ritual sin querer hacerlo… el resultado te aguarda al final…
Bueno, primero deberás apagar las luces de tu habitación y decir estas palabras, procura decir tu nombre en el guión bajo: (_______) “me survili ra mkit’khavt’, es sitqvebi emsakhureba, rogorts’ khelshekrulebit’. Me ________ da gavaket’eb t’k’veni saritualo agina”.
No importa si las pronuncias mal, él te entenderá bien. Hay varias partes en el ritual en el que podrás retirarte. Si eres sabio, lo harás y no te arriesgarás.
En este momento, escucharas unas pequeñas voces provenientes de la ventana más cercana. Si no escuchas nada en los próximos diez minutos, deberás decir esto, si quieres continuar el ritual: “me ganikhileba ughirsi, gt’khovt’, me gt’khovt’ kidev ert’ shanss”. Si te perdona, te dejará continuar el ritual, pero deberás pagar con un poco de tu sangre.
Córtate un poco, y deja caer exactamente tres gotas en el recipiente. Si no quieres continuar, deberás decir: “me ganikhileba ughirsi, rogorts’ es t’k’veni neba, me pensiaze duk ing”, y encender las luces, siempre con la cabeza agachada.
Si has decidido retirarte, podrás leer el resto del ritual, pero sin una gota de arrepentimiento, el resultado te aguarda al final…
Luego de escuchar las voces o haber derramado un poco de tu sangre, dirígete a la cocina. Encontrarás todo manchado de sangre y a oscuras.
Pero una pequeña luz comenzará a brillar, como fuego. En el horno, o microondas de tu cocina, verás cómo un bebé comienza a derretirse, y las ampollas que le produce el calor explotan hasta que sus ojos comienzan a salirse y finalmente mueren, mientras escuchas sus llantos de dolor como si llevaras auriculares puestos. No podrás hacer nada para abrir la puerta. La puerta del horno o microondas se abrirá, y el bebé saldrá gateando, sin sus ojos, con múltiples quemaduras y con su piel achicharrada; te pedirá que lo tomes en brazos, estirando sus manitos. En ese momento, no importa la pena o repulsión que te dé, patéalo en la cabeza. Si lo tomas en tus brazos, te abrazará, pero te estrangulará tan fuerte que perderás la razón y comenzará a comerte vivo.
En cuanto lo patees, quedará inconsciente; debes meterlo en el horno o microondas de nuevo durante el mayor tiempo posible. Hazlo ahora, luego vuelve aquí.
Bien, el bebé no era más que un demonio caníbal que invocaste al pronunciar las primeras palabras del ritual. Lo siguiente es salir de tu habitación. Encontrarás un pasillo largo y obscuro, no podrás ver a más de un metro de ti.
Es el momento para usar tu fuente de luz, en este caso, una linterna. En cuanto alumbres, podrás divisar una niña al final del pasillo, con ojos amarillos, y boca cocida. ¡No apartes la luz de ella! ¡No dejes de mirarla! Si las pilas de tu linterna fallan, una brisa de viento apaga tu vela, o acaece cualquier cosa que impida que veas a la niña, escucharás cómo el hilo en su boca empieza a romperse y podrás divisar un gran ojo amarillento, del que emana una luz de igual color.
El ojo proviene de su boca y comenzará a acercarse. Si puedes, vuelve a encender la fuente de luz como puedas; si no logras hacerlo a tiempo, y alumbrar con la luz su ojo, la niña se acercará a ti, y podrás sentir como verá todos tus pecados, y más profundos pensamientos y recuerdos.
Quedarás en un coma por el resto de tu vida, y cuando mueras, serás un alma en pena cuyo único propósito, será encontrar a la niña que se robó tus pensamientos y recuerdos. Pero si logras alumbrar de nuevo el ojo de la niña, cerrará su boca y su ojo; vuelve a caminar hasta ella. En cuanto estés a menos de un metro de ella, deberás cortarte un poco y dejar caer dos gotas de sangre en el recipiente: que la niña beba tu sangre. Desaparecerá antes de que te des cuenta, y reaparecerás sentado aquí. Hazlo de inmediato.
Has vuelto y sólo te queda el último paso. Di el nombre de alguna persona querida tuya que haya muerto. Esta aparecerá y querrá asesinarte por despertarla de su sueño eterno. Debes decir estas palabras: “sizmari, sizmari, dach’agrulia suli, rom me ar wok upen, t’k’ven mkholod ots’nebobs”
La persona se volverá etérea, un alma parada frente a ti. Dile que te siga, y date la media vuelta. Ya no será tu habitación, sino que estarás en un obscuro bosque. Corre lo más rápido que puedas, el alma de tu ser querido te seguirá sin problemas, solo corre. Ábrete paso a través del bosque hasta que te encuentres con una persona alta, flaca, con una máscara horripilante.
Te será muy familiar, es una pesadilla que tuviste cuando apenas tenías conciencia, que te avisaba que esto pasaría, seguramente no te acordarás. El hombre caminará lentamente, y te pedirá que por favor detengas el ritual, que no quería hacerte daño, pero que no le dejabas opción. Es en este momento en que el hombre o cosa correrá hacia ti. Ponte inmediatamente detrás de tu ser querido. El hombre abrazará el alma de la persona y se quemarán los dos. La persona a quien elegiste dejó de existir. Todos perderán el recuerdo de que alguna vez existió.
Excepto tú. Pestañea tres veces diciendo el nombre de la persona cada vez que cierres los ojos. Volverás aquí la tercera vez que los abras. Ve ahora y haz lo que se te dice, puedes obedecer al hombre y pedir que el ritual se detenga. Ya verás lo que te pasa…
Estás ahora en tu habitación. Está tan oscura que ni siquiera puedes ver el suelo en donde estás parado, solo el brillo de tu pantalla ilumina un poco el lugar, pero no se distingue nada. Todo es negro. Brillarán dos ojos rojos, y escucharás una voz gravísima y ronca, tenebrosa y penetrante.
“Me has invocado, humano, y yo he respondido. Soy él, y te concederé cinco deseos, los que quieras, mientras no revele mi existencia", con esto se refiere a que tu deseo no puede ni debe alterar el orden del mundo. Una guerra nuclear, el mismo fin del mundo, un gran avance tecnológico, una involución, una evolución, un apocalipsis zombie… nada de eso debe ocurrir: los deseos solo pueden afectarte a ti y a quienes te rodean. Ni sea, obviamente, más deseos.
"Por cada deseo, quiero diez gotas de sangre. Deberás derramarlas en el recipiente”.
Una vez pedidos los deseos, la criatura te tenderá la mano. Es una mano negra, con grandes uñas y piel escamosa. En cuanto le des la mano, la tuya arderá como si tocaras una plancha caliente. El vapor va a salir de ella, sentirás como si te echaran aceite hirviendo. Como si fuera poco, la criatura te apretará tan fuerte, que sentirás cómo los huesos de tu mano se rompen, y escucharás que crujen.
Esa clase de dolor nunca la has experimentado, pero no será la última vez. Por las noches, cuando duermas, tu mano arderá como un infierno y se destruirá por dentro, rompiendo y resquebrajando tus huesos.
En la mañana volverás a sentirla normal, pero, desde entonces, una marca en forma de pentagrama invertido estará por siempre en la palma de tu mano. No podrás entrar en el cielo y el lugar adonde irás será peor que el infierno... Si has leído esto, sin tener la intención de hacer el ritual, paso por paso, mejor no mires atrás, porque él está ahí, y te arrastrará con él en cuanto te des la vuelta. Si te has retirado y has leído esto con un poco de curiosidad y ganas de hacerlo, no estarás leyendo esto ahora...