Nurse Ann VS The Rake

shinhy_flakes

Jinete Volad@r
Miron
Bakala
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Nurse Ann termino de cocer sus heridas, totalmente herida. Su pierna en plena descomposición se tambaleo mientras se levantaba, miro perpleja el cielo agrietado. Lo había escuchado todo, y toda su ciudad se había movido hasta un país remoto en Latinoamérica.

Salió del hospital, bañada en sangre. Entonces lo noto. Miles de ojos se dirigían hacia ella ¿Porque? ¿Acaso creían que ella era la campeona de su -nuevo- país? Era cierto que la habían llamado monstruo, y también que tenía razones por las cuales no morir, pero no era ella.

De pronto el cielo se prendió en rojo vivo, y dos ojos sangrantes observaron a todo el mundo. Ojos vacíos. Ojos juzgadores.

-Ann...-La séptima boca había dicho su nombre-...Representante del país Zxomxie. Ha llegado la hora de luchar.

Los ojos de Ann derramaron lágrimas nuevas, tenía miedo. Entonces miles de palmas se unieron al unisonó, no de furia, no de odio, de aprobación.

-¡Si! ¡Tú puedes! ¡Demuéstrales quien manda! ¡La mejor campeona de todas!

Un intento de sonrisa salió de la boca de Ann, justo antes de desaparecer en un fuerte brillo rojo carmesí. Los ojos de Ann dolieron aterradoramente mientras los abría, como si no estuvieran hechos para eso. Una gran cantidad de sangre salió de sus parpados mientras la piel se separaba dolorosamente.

Se recompuso de inmediato, lista para luchar, mientras intentaba distinguir en donde estaba. Era un viejo campo nevado, las ventiscas eran arremetedoras. Su contrincante estaba frente a ella, su piel era grisácea, sus ojos borrosos, y cinco largas y poderosas garras se posaban en cada mano de este.

The rake.

Todos conocían a The rake. Incluso ella. El ente la observo fríamente, y en un acto de bestialidad se arrojó sobre la moribunda mujer mientras sumergía sus garras profundamente entre sus costillas. Las alejo un segundo, solo para volver a rasguñar su cara múltiples veces en cosa de segundos.

Miles de personas miraron asustadas la proyección en el cielo, desesperados, esperando un milagro que los salvara de la destrucción. Otros miles miraban alegres, iban ganando por el momento, pero sabían que con bestias como aquellas debían estar atentos.

De un solo zarpazo, The Rake atravesó la cabeza de Ann, que cayó sin vida en la nieve. Miles de gritos de euforia se escucharon a lo largo de Besphiolis. Pero miles de llantos de tristeza, desesperación y decepción, también se hicieron presentes.

The Rake lamio la desabrida sangre del rostro de Ann, el cadáver ni siquiera se inmuto. La bestia estaba lista para retirarse, pero alguien lo sujeto del hombro.

-¿Ya terminaste?