Necropotencia

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Jinete Volad@r
Miron
Bakala
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Este diario fue encontrado en el 2007, en un ático de una casa totalmente amueblada y abandonada junto al supuesto certificado de muerte de su dueño.

I.

Mi vida es tan perfecta que me asusta. Veo los rostros sonrientes de mi esposa y mis compañeros de trabajo, mi jefe me dice que hago un buen trabajo, y el pastor me pone en frente del coro de la iglesia para dar un ejemplo a la congregación. Ellos no saben nada de mi deseo. Si mi sacerdote supiera en lo que me estaba metiendo, me condenaría a los fuegos del infierno.

Cuando mi vida era difícil, me sentía más vivo. Cada día que abro los ojos como un hombre de familia exitoso, siento como si hubiera resbalado un peldaño más en una espiral descendente de edad, arrugas, y fallas sistemáticas de mi cuerpo. Mientras esto se repite como un crisol de perfección que muchos envidiarían. Cuando voy por la calle, veo gente que sé que está celosa de mi vida y, sin embargo, yo les cambiaría mi vida, mi cuerpo, y mi alma por vivir en sus zapatos por un día. Anhelo intensidad. La vida fácil es muy aburrida.

II.

Rutina, rutina, rutina. Cada día es exactamente igual al anterior. Hay algunos pequeños detalles sobre los cuales apenas tengo un poco de control. Puedo ordenar jamón y queso en lugar de pavo para mi almuerzo, y puedo rascar la oreja de mi perro en lugar de la izquierda. Cerveza Coors Light, Michelob Ultra, Budweiser Select, Sam Adams Summer Ale. No importa si tengo sexo con mi esposa. Ebrio es ebrio. Sexo es sexo. Todo es siempre lo mismo. Ya he esperado lo suficiente.

III.

Esta es la última semana que me mantendré encerrado en esta prisión de repetición sin fin. Tengo todos mis asuntos en orden. Le he escrito una nota a mi familia y le he proveído para todo y para todos. En caso de que me ponga senil, te escribiré una típica mañana de mi vida en un día normal.

Me despierto a las 5:30 en punto, porque mis huesos tienen despertadores internos, y mi cadera empieza a arder en llamas a las 5:34. Tomo un trago de enjuague bucal mientras camino hacia el inodoro para ahorrar tiempo, y me paso 3 minutos enjuagando la boca con listerine mientras saco inconsistentes flujos de orina.

Mi tercera esposa Margerie solo puede hacer huevos decentes, y que ella haga huevos estrellados esta fuera de lugar, a menos que salgamos. Calienta el tocino en el horno del microondas por 2 minutos 30 segundos porque aunque sus senos son perfectos, no podría cocinar ni para salvar su vida.

Se pasa cada sesión de desayuno por la mañana explicándome de lo malagradecidos que son mis hijos de mis matrimonios pasados y de como deberían de ser excluidos de mi testamento y ultima voluntad. Todo esto mientras mastico tocino esponjoso y revocado que sabe a aceite de motor.

A las 7:30, después de que me bañe y me rasure, estoy en mi aburrido automóvil. Tarde 20 minutos para llegar al trabajo. Estos 20 minutos son lo mejor de mi vida. No hay tráfico, el show matutino que escucho a veces es gracioso y tomo mi primer valium tan pronto como llego a la calle Nutwood Street.

Por cierto, mi vida solía tener muchas imperfecciones, pero también era glamurosa de un modo poético. Extraño ser pobre, vivir al día, sin saber lo que me esperaría el día siguiente. Extraño a mi primer matrimonio, cuando todo era nuevo, incluyendo algunas posiciones que ya no puedo hacer porque mi cadera falsa me crucificaría de dolor si lo intentara.

Extraño mi auto Oldsmobile 442 de 1970 que podía correr seis millas por galón. Sentías que morirías si perdías tan solo un poco el control del auto en la autopista. Era joven en ese entonces. Todo tiene que ver con la edad. Toda la gente vieja se muere igual. Infarto, derrame cerebral, cáncer. Quiero ser diferente. Aún está allí, sobre mí chimenea, pero ya no tiene que rogar. Pronto me decidiré a tomarla y a usarla a mi voluntad.

IV.

Lo hice. Lo he estado cargando en el bolsillo de mi saco. Puedo sentir lo fría que está a través de mi camisa.

En caso de que me vuelva loco, les describiré un día normal de trabajo, más para mí mismo que para ustedes. Soy el segundo a cargo bajo una tiránica bruja de oficina de nombre "Jana". Ella mantiene un margen escrito y eso que ha estado en el negocio por cinco años. Ella heredó la compañía de su padre, mi antiguo compañero de negocios.

Pronto todos los demás la apoyaban, y yo me volví el títere con una especie de plástica autoridad. Ella tiene el poder. Normalmente me tomo un segundo valioso para las juntas matutinas, sonrió y asiento con la cabeza más que cualquier otra cosa. Hago que Jana sienta que sus ideas son buenas, como si a los empleados de verdad les importara lo que ella tiene que decir.

Cuando salgo para almorzar, utilizo mi hora de almuerzo para ir a uno de los cinco lugares. No puedo ir a algún lugar que cueste mas de ocho dolares. Hice 162 mil dolares el año pasado, pero Margerie no estaría conmigo si comiera comida cara sin ella.

Después de todo, ella es solo una esposa de trofeo. Mis opciones siempre están limitadas al Taco Bell, Pizza Hunt, McDonald, o comida china. La mejor tienda de la cuidad cierra a las tres de la tarde. Y está a tres calles de mi trabajo y puedo comer allí una vez a la semana cuando las reuniones son cortas.

Siempre tienen que sacar de nuevo la carne porque llego a las 2:58, y me miran con el mayor odio. No puedo decir cuántos sándwiches de pastrami he comido allí, todo cortesía de la boca motorizada de Jana. Cuando regreso del almuerzo, Jana nunca está, y me paso 3 horas caminando por la oficina, diciéndoles a mis empleados lo bueno que son en sus trabajos.

La verdad es que algunos de verdad son buenos y saben que se merecen un aumento. Tengo que decirles que necesito más de ellos porque jana es una perra apretujada que no les quiere pagar salarios más altos. Se guarda el dinero extra para botox y el corvette del año. No importa lo bueno que sea mi día en el trabajo, siempre termina en una absoluta frustración. Vivo a 18 millas de mi trabajo, pero en el tráfico de las 5:30, me toma 90 minutos llegar hasta la puerta de mi estacionamiento.

El mejor día del trabajo que he tenido fue el último día de una de nuestras internas, Sally. Ese día me llevó 2 horas llegar a casa porque hubo un accidente con un tractor ese día. El trabajo siempre acaba mal, incluso cuando Sally está allí para su deleite vespertino. Espero que mi esposa no encuentre este diario si algo sale mal. Nunca la engañé para lástimarla. Solo me gusta sentirme intenso. Esta maldita cosa loca en mi bolsillo está tan fría que tengo una marca roja en mi pecho, justo debajo de mi bolsillo.

Creo que dormiré con ella bajo mi almohada esta noche. He tenido suficiente de normal. Cuando despierte mañana, la abriré.

V.

Por mucho tiempo, fue una piedra dura y lisa, como algo que recogería de un arroyo y lo arrogarías al parabrisas de Jana. Ha permanecido así desde que tengo 10 años. Cuando era joven, esta ciudad no era más que una iglesia, una gasolinera y un restaurante. Un domingo por la mañana, fui a la iglesia en mi bicicleta.

Él vagaba por allí después de la oración de ofrendas. Yo sabía que la mayoría de los metodistas pensaban que él no era más que otro vago sin casa, deslizándose de ciudad en ciudad con tres botellas de Whisky de por medio.

Él me llevó detrás del cementerio de la iglesia a penas luz del día antes de que me fuera a mi casa, ya que mis padres no habían ido a la misa ese día. Todo el mundo dijo chismes y advertencias acerca de hablarles a extraños, pero él era diferente de cualquier persona que he conocido. No tenía mucho que decir.

"Tienes la sangre para usarla, chico. Yo ya no tengo. Es el turno de alguien más", me dijo con labios secos y partidos.

Al principio su regalo no me interesó. El anciano balanceaba una roca frente a mí, farfullando acerca de un arte perdido llamado "Nigromancia". Le dije que no estaba interesado en algo que no fuera del buen señor. Me había lavado el cerebro. Y para persuadirme a aceptar la roca, la usó en mi bicicleta.

Vi un torpe y oxidado artilugio que había sido usado en un niño pobre para luego transformarse ante mis ojos. Y la piedra brilló de color verde casi digital mente, como lo que ves en una escena de una selva en una película o algo así.

El problema es que en aquel entonces, lo digital no existía. Tampoco la televisión a color. Vi cómo la cumbre se derretía en líquidas escamas rojas y las abolladuras se desvanecían como si el metal fuera seda. En unos pocos segundos, mi bicicleta estaba como nueva.

"Pronto moriré, chico. Úsalo en algo que respire", dijo. Aparentaba estar tan enfermo de salud que de verdad me asustaba que fuera a morir. Puso la piedra en mi bolsillo, y huí.

En ese entonces, pensé que la honestidad era lo mejor. Les dije a mis padres que un anciano había arreglado gratis a mi bicicleta en el cementerio con una roca. Me mantuvieron encerrado en la casa durante los próximos tres meses y me dijeron que no es bueno mentir. Nunca les conté sobre la piedra. La escondí en un lugar seguro. Siempre la tuve en algún lugar de mi subconsciente, pero la ignoré por mucho tiempo.

Cuando tenía 15 años, mi perra Becky se atoró en las llantas del tractor de mi vecino, porque le gustaba perseguir cosas. Fue un accidente, pero perdió un ojo, se le rompieron las dos piernas traseras y se iba a morir. Fue horrible.

Por supuesto, mi padre quería quitarme el dolor y la pena con un disparo de su escopeta. Todos me dijeron que era lo mejor. Una hora antes de que mi padre llegara a casa para ponerle fin a todo, tomé la piedra y envolví a Becky en una sábana. Aún recuerdo sus chillidos por los cambios de peso mientras cargaba su cuerpo roto hacia el cementerio. Cada paso era doloroso para ella.

Me tomó seis horas para averiguar cómo funcionaba la cosa. Tenía que cortarme y darle algo de sangre. Y tan pronto como mi sangre tocó la superficie de la piedra, la piedra se abrió y se puso suave como una esponja carnosa abriendo su boca. Entre más gotas le daba, más brillaba y se enfriaba cada vez más en mi mano. Mi piel estaba adormecida del frío, ni siquiera podía sentir mi cuchillo de bolsillo.

Supe que no lo había echo como él, porque terminé con un cachorro con ambos ojos pero con dos piernas rotas. No podía llevarlo con mi familia como un cachorro sin que me hicieran preguntas, así que se la di a un gitano que andaba por la calle.

Mi padre me dejó el trasero al rojo vivo cuando regrese a casa, pero por suerte él era el tipo de hombre que te golpeaba pero no te hacía preguntas. Consideraba el asunto terminado y yo estaba agradecido por eso. Después de darle mi sangre a la piedra, me sentía unos años mayor y mi cuerpo lo demostraba. Aumenté mi estatura, me creció más pelo y empecé a mirar a las chicas con más frecuencia. No puedo estar seguro, pero creo que darle ese tiempo a Becky me costó muchos años de mi adolescencia.

Fui a la preparatoria como un veinteañero pretendiendo ser un adolescente. Mi acta de nacimiento podría decir algo diferente, pero era más viejo que todos. No busco simpatía. Solo quiero que estén enterados del triste asunto en lo que se ha convertido mi vida. Mi pasado es interesante. ¿El presente? No tanto.

Si no les explico todo esto, creerán que soy una persona horrible por lo que voy a hacer. De los tres, el futuro guarda el mayor potencial. Quizás estas palabras te pondrán de mi lado. No quiero ni simpatía ni perdón; solo quiero que me entiendan.

VI.

Siempre tuve el presentimiento de que mi propia sangre no funcionaría si el objetivo de la piedra era yo mismo. Es mucho peor de lo que me imaginé.

Aquí está la última parte de mi rutina diaria. Sé que no te interesa, y que seguramente ya estás harto de escuchar mis balbuceos acerca de lo malo que una vida normal puede ser. Necesito esto de ti, y si quieres te puedes adelantar al final de este libro, pero me ayudarás a escribirlo.

Me siento tan viejo que creo que ya no puedo mantenerme cuerdo. Cuando llego a la entrada de mi estacionamiento, Margerie me recibe cuando abro la puerta del garaje. Antes de que pueda abrir la puerta del garaje que conduce al pasillo de la cocina, tengo que desembolsar algo de dinero para mi querida esposa. Es aficionada a Ulises S. Grant y Bejamin Franklin, pero hoy se tendrá que conformar con Roosevelt.

Hasta el día de hoy, honestamente no tengo idea de adónde lleva el dinero mi esposa o lo que hace con él. Nunca le he preguntado y nunca le preguntaré. Posiblemente es porque estoy en mi tercer matrimonio, pero la intensidad de la vida que ansió no tiene acuerdos prenupciales y acusaciones de infidelidad.

Después de que le pago a mi esposa y se va, paso un breve momento sentado a la mesa. Normalmente trato de comer lo más rápido posible y rara vez como hasta la mitad. Casi siempre estoy esperando tomar otro valium con una copa de vino. Cuando termino de cenar, veo episodios grabados de Jeopardy con mi nueva perrita, Sasha. La tengo entrenada para que ladre al mismo tiempo que suenan las campanas, cuando alguien gana el doble diario. Normalmente para el final de Jeopardy ya estoy dormido, pero a veces me quedo despierto para ver el cinema. Margerie me despierta y me lleva al cuarto para un buen acostón de buenas noches.

Quizás crees que estas noches de rutina no suenan tan mal, pero después de tantos años se vuelve imperfecto. Puedes sustituir a Margerie por mi primera o segunda esposa, cambiar la casa y poner nuevos autos en la cochera, pero la rutina nunca cambiará sin agregar algo drástico a la mezcla.

Esta noche, después de forzar la mitad del reseco estofado por mi garganta con una generosa ayuda de mi vino Heinz 57, opto por poner el resto de la comida en el piso de la cocina para mi perro antes de cerrar con llave la casa. Tomo este libro de confesiones más oscuras, y luego enciendo mi Saab. Rara vez miro las luces del panel del auto, y menos de una docenas de veces he manejado después de que se ocultó el sol.

Manejar en la autopista mientras se pone el sol rehabilita mi sentido del peligro y de emoción. Ni un alma sabe dónde estoy en estos momentos.

Mi primer destino fue la gran biblioteca de mi club campestre. No he usado la membresía en tres años. Mi segundo destino es un callejón entre las avenidas Norfolk y Phelps Avenue donde las vías del tren dividen la cuidad, entre los ricos y los pobres. Seguramente allí encontraré un alma lo suficientemente desesperada de mis recursos.

He tenido suficiente, he investigado lo suficiente, y he jugado con esta piedra lo suficiente. Debí de saber de que no puedes drenarte a ti mismo para hacerte más joven. Es como mover dinero de tu cuenta de cheques a tu cuenta de ahorros y decir que tienes más dinero, cuando realmente nada cambió.

Eventualmente, si lo haces muchas veces, el banco se enojará contigo.

Está aquí en mi bolsillo, abriéndose y esperando lo que sabe que eventualmente va a obtener. Necesito la sangre de alguien más para hacer la magia realmente potente.

VII.

Se veía algo vulnerable. Nunca me imaginé que cargaba una pistola Smith y Wesson. El forcejeo fue breve, pero emocionante. No inicié con una historia o un engaño. Le dije que se veía hambrienta y sin suerte, y que me gustaría que me acompañara a cenar a la cocina Cajún, que queda a poca distancia de allí.

Ordenó camarones con fréjoles rojos y arroz y lo devoró con una intensidad que realmente envidié. Nunca he sufrido los dolores de hambre. Pagué la cuenta y caminamos algunas cuadras de regreso a su callejón.

Sacó el revólver de su abrigo, al mismo tiempo que la ataqué con un cuchillo que robé del restaurante. Esperé a que pasara el tren a las 9:00, y gracias al cielo que lo hice, porque si no seguramente alguien hubiera escuchado el disparo. Sus ojos se desvanecieron al mismo tiempo que dejó de presionar el gatillo, pero el shock de ser atravesado por un cuchillo de carnicero confundió el sentido de profundidad, tiempo y perfección. No tuvo tiempo de apuntar el arma y se disparo a sí misma en el estomago. Me facilitó las cosas.

Traté de recolectar su sangre con la piedra, pero no fue lo suficiente. Usé jarras para guardar la sangre en el maletero. Y cuando llegué a casa, me fui directo al ático para darle lo que necesitaba de una vez. Margerie aún no regresaba. Pude recolectar grandes secciones del manual de magia demoníaca de Múnich, a pesar de las incómodas miradas de la imprudente bibliotecaria y su disgusto a mi interés en el tema.

Aprendí acerca del poder de los círculos y del peligro de usar la piedra sin estar en medio de uno. Aprendí acerca del fuego y la ceniza, y del requerimiento de un sacrificio para completar cualquier ritual nigromante. El sacrificio de hoy sería el gato de mi vecino.

Díganle adiós a mi rutina. Nada volverá a ser lo mismo jamás. ¿Sabes lo que se siente estar junto a los espíritus de la eternidad? Con cada gota, vi las vidas que la piedra había consumido. Solo podía adivinar cuáles habían sido víctimas del anciano que poseyó el artefacto antes que yo, o que tan lejos iba el linaje de sacrificios. La vagabunda había sido la última, y su estómago aún tenía un hoyo en él.

Me crujieron los dientes y trato de atacarme como un demonio, pero la pared del círculo me impedía recibir daño. Si voy a estar vivo para siempre, necesito algún tipo de compañero, y no será Margerie. Es una cocinera terrible. Dios, solo pensar en comer sus huevos por toda la eternidad me hace querer encontrar alguna rata de las alcantarillas y darle una nueva vida al costo de la mía. Usé la sangre de la vagabunda para rejuvenecer a mi perra.

Sasha gruñó al principio, pero una vez que ella estaba dentro del círculo conmigo y la piedra empezó a apoderarse de ella, parecía disfrutarlo. Incluso los animales no están más allá del atractivo de la vida eterna.

Aún no sé qué alma utilizaré para hacerme joven nuevamente. Algunos nombres se me vienen a la mente. Y el verdadero reto es escoger uno a uno, y todos los demás.

El ritual duró hasta las primeras horas de la mañana. ¿Cuántos dueños ha tenido esta cosa? Dudo que alguna vez tendré la respuesta a eso.

VIII.

Sasha ha estado rebotando por toda la casa mientras vuelvo del trabajo y al rasgar la puerta del cuarto cuando Margerie y yo tenemos sexo. No ha hecho eso en 5 años.

El término que he acuñado por la exactitud y el poder de estos rituales es "necropotencia". El sacrificio, el ambiente, la hora de la noche. Todos estos factores determinan el éxito del ritual. Estos pequeños detalles pueden ser la diferencia entre convertirte eternamente en un médium con los muertos o de quitarte décadas de edad. La línea es tan delicada que he tenido la suerte de no haber soltado algo por error cuando era más joven.

Sasha se volvió mitad buena y mitad poseída, pero al menos no es humana. Si se vuelve peligrosa, que así sea. Todos los espíritus me sirven ahora. Me he dado cuenta de que este poder me hace codicioso, y me da vergüenza decir que se siente maravilloso. No renunciaré a esto por nada. No busco venganza sobre ellos por dejar encerrarme en una vida de mediocridad. En vez de eso, usaré sus vidas como una disculpa. Se convertirán en parte de algo más grande. No se dan cuenta en lo que se han convertido o en lo miserable que hacen al mundo para los que los rodean, pero yo sí.

Tengo el deber de encontrar un buen propósito para ellos. He visto a los muertos cara a cara, evitando que consumas mi alma por nada más que una línea de tiza en el piso. Sus putrefactas sonrisas forman maléficas y lascivas muecas cuando recolecto la sangre de mis súbditos con la piedra. Los llamo súbditos y no víctimas porque se vuelven parte del reino de los muertos cuando pasan a través de mi precioso artefacto. Está más allá de lo que ellos hubieran podido lograr en este plano, porque los he escogido por el simple hecho de que sus vidas eran patéticas.

Ahora no soy un hombre de rutina, soy un nigromante.

IX.

Sasha y yo no dormimos anoche. Salimos a caminar. Me ayudó a encontrar otro vagabundo en las vías del tren. Algo me dice que por dentro ya no es exactamente Sasha. Lo que sea que está detrás de esos ojos color ámbar, está conmigo por un buen rato. Es mejor así.

Hice un ritual improvisado en el bosque y usé casi toda la sangre del vagabundo. Antes de que saliera el sol, le di lo último que quedaba a la piedra. Regresé justo a tiempo para mi meada de las 5:30, y, ¿adivinen qué?

Ya puedo orinar de pie. Tiré mis valiums por el retrete. Pronto me iré a trabajar.

X.

Yo mismo cociné mis huevos y tocino, y le dije a Margerie que nunca ha sido buena cocinando. También le dije que donaría toda mi finca a la funeraria y cementerio local. Me pareció adecuado. El dueño y yo nos movemos en círculos cercanos.

Cuando llegué a trabajar, renuncié al instante y le dije a Jana que la odiaba aún más que su padre. Escribí cheques a varias personas de la oficina que nunca habían recibido un bono de navidad, pero que habían generado más para la compañía que la misma Jana. La gente me decía que me veía bien, incluso 10 años más joven.

Esperé en el estacionamiento hasta que ella se fue y la seguí hasta su condominio al otro lado de la cuidad. No me sorprendió verla sacar una botella de Early Times, tan pronto como llegó a su sala.

Jana no tendrá problemas con la bebida y considerando los 10 años que ella me ha dado, calcularía que ando por los 30 años de edad. Cuando llegué a casa, le dije a Margerie que me teñí el pelo y que he estado haciendo ejercicio. Se sintió amenazada por mi nueva apariencia, pero no pudo resistir la urgencia de tener sexo conmigo.

Esperé a que estuviera montando en reversa, y me visualicé a mí mismo como un poeta guerrero al deslizar el cuchillo entre su tercera y cuarta costilla. Las sábanas hicieron un espléndido trabajo en absorber toda la sangre. Pude escurrir toda la sangre dentro del círculo. Debería desangrar a más gente en la cama. Me siento como un adolescente otra vez.

XI.

Esos fueron todos mis cambios. Quizás eres el primero en estar en mi ático leyendo esto, haciendo este monumental descubrimiento. No te puedo dar ningún otro de los nombres en mi lista o revelarte mis planes para el futuro. Estoy seguro de que entiendes. Aunque las fuerzas del inframundo estén a mi lado, no puedo tener a nadie entrometiéndose en mis asuntos.

Si eres el tipo de persona detective con un gran sentido del bien y el mal, me imagino que estarás saliendo de mi casa vacía para contactar a las autoridades. Quizás tú eres las autoridades. Mi casa ha estado abandonada por tanto tiempo que la sociedad se ha visto forzada a darse cuenta. En ese caso, buena suerte. Nunca han visto mi cara de viejo, mucho menos mi cara de joven. ¿Llevarás este viejo diario a la comisaría, donde se enfriará por 20 años hasta que expire el tiempo de prescripción? O tal vez está la posibilidad de que puedas cambiar de rutina.

Mira a tu alrededor. Dejé la piedra en la caja de mi vieja Schwinn en la esquina de del ático. Para tener cualquier posibilidad de perseguirme, tendrás que rechazar tu mortalidad. ¿Será tu magia lo suficientemente potente para encontrarme? ¿Qué tanto estás dispuesto a sangrar? ¿Sangrarás por la justicia o, como yo, te convertirás en uno con los muertos?