Muy buenas, mi estimado Random. Me permito comunicarle, con el mayor de los desprecios disfrazados de cortesía, que sus palabras me importaron una soberana y monumental chingada. Francamente, lo que usted opinó me resbaló con tal indiferencia que ni el más miserable de los gusanos merecería cargar con semejante irrelevancia.
Pero bueno, no quiero robarle más de su valiosísimo tiempo. Que tenga usted un espléndido día