Entonces yo le dije a mi hijo:
-Enséñame la cortada,- el se quito su camisita y voy viendo una marca como de cruz abajito del hombro, esto me espanto mucho y me regrese a la casa de Antonieta. Al llegar le dije: -Antonieta, que le hiciste a mi hijo- ella con voz de burla me dijo:
-Tu hijito tiene la sangre muy sabrosa, a ver cuando lo vuelves a traer.
Yo espantada con mi hijo en los brazos, empece a correr hasta llegar a este lugar.
Entonces uno de los allí presentes dijo:
-Realmente es una bruja, que alguien vaya y la traiga para que declare esto.
El grupo de hombres se puso de acuerdo para ir a la casa de Antonieta, para traerla a la casa de juicio para que declarara, pero el hijo del jefe del grupo supo lo sucedido y se entero que iban a ir a la casa de Antonieta; con deseos de conquistarla y deseando hacer cosas prohibidas con ella, le dijo a su padre que el solo iría por Antonieta. Pero el padre de este pensando que ella era una bruja se lo prohibió, no obstante el hijo empeñado en ir dijo a su padre que como creería tal historia de que Antonieta fuera bruja, que eran solo chismes de gente envidiosa que querían dañar su reputación solo por envidia y celos. El padre de este, convencido por su hijo, lo dejo ir a casa de Antonieta.
Así pues, a la mañana siguiente, el joven partió rumbo a la casa de Antonieta, para traerla al pueblo para que declarara sobre si era verdad lo ocurrido con el niño. Llego la noche, y el joven no aparecía, entonces la madre de este le dijo a su esposo:
-Mi hijo no ha llegado, tengo miedo que esa mujer le haya hecho algo malo-, pero el esposo le dijo: No te preocupes, ya ves como son los muchachos, ha de estar haciendo... ya sabes... con ella, el es un muchacho rico y apuesto, cualquier muchacha se dejaría. Pero la madre del joven muy angustiada, pago para que un grupo de hombres fuera a buscar a su hijo, entonces pues comenzó la búsqueda, y al llegar al cerro de la cofradía, se encontraron con la sorpresa de que alguien estaba tirado debajo de una peña, pero pensando que podía ser algún borracho no hicieron caso, hasta que uno de ellos dijo: Vayamos a ver, quizá sea el joven. Al llegar, se encontraron la sorpresa de que ¡si era el joven!, pero traía la ropas desgarradas y sucias, llenas de lodo y sangre y estaba tiemble y tiemble. Ellos lo tomaron y lo llevaron hasta su casa, donde estaban todos esperándolo. Al llegar, su madre dio un grito y dijo: ¡hijo, que te paso!, pero el hijo no respondió nada, estaba como ido, como olvidado de si. Entonces lo acostaron en su cama, le quitaron sus ropas y cual va siendo la sorpresa que tenia marcas como de quemadas en todo el cuerpo, en forma como de estrellas. Entonces su padre furioso dijo: mañana traeremos a esa mujer viva o muerta. A la mañana siguiente, a muy tempranas horas, todo el grupo de los hombres influyentes del pueblo acompañados por otros hombres y el padre del joven se dirigieron a la casa de Antonieta. Sin tocar abrieron la puerta de su casa, y Antonieta se encontraba sentada en el piso cosiendo unos chales, cuando de pronto uno de ellos le dijo: mala mujer, venimos por ti para llevarte presa hasta que aclares los crímenes que cometiste con el niño y con joven Pedro el día de ayer. Antonieta se paro y temblando dijo: -no se de que me hablan, no se de que niño ni de que joven me dicen. Pero el padre del joven enojado le dijo: -maldita perra, di que le hiciste a mi hijo,- pero ella insistía diciendo: -yo no se que dicen, no se de que me hablan-. Entonces ellos la tomaron a la fuerza y la llevaron presa hasta la cárcel del pueblo, donde la encerraron todo el día y la noche, en la celda mas oscura, tenebrosa y apestosa de todas, hasta que declarara lo que hizo. Al día siguiente, en la mañana, todo el pueblo enterado de lo ocurrido, corrió a la casa del juicio a ver lo que sucedía, entonces se llevo acabo el primer juicio. Un hombre llamado Eufemio, que se le conocía por sus tremendos juicios que hacia, y por las horribles sentencias que daba, fue el encargado de hacer el juicio de Antonieta. Ya estando dentro de la casa del juicio, se juntaron algunos testigos a declarar contra Antonieta, y también se reunió la gente mas rica del pueblo para escuchar el juicio. De repente el juez dijo: ?Traigan a la presa?, entonces llevaron a Antonieta, toda golpeada ante el tribunal, se ordeno que la ataran de manos mientras el juicio. Y comenzó el juicio:
El juez le pregunto: Quien eres, pues nadie en el pueblo ha sabido de que familia provienes ni quienes son tus padres. Ella contesto: Mi padre era un hombre de tierras lejanas, español, y mi madre una india, que al darme a luz murió, entonces mis abuelos unos pobres y humildes indios me criaron. Entonces el juez dijo:
-Antonieta, se te acusa de haber llevado al hijo de María Esther a un cuarto, y haberle cortado y chupado la sangre, ¿qué respondes de esta acusación?. Entonces Antonieta dijo: -En verdad que yo no hice eso, jamas le corte al niño nada.-
La madre del niño se levanto enojada y dijo:
-No seas mentirosa Antonieta, mi hijo dijo que tu lo cortaste y después le chupaste la sangre, entonces yo me regrese aclarar esto, y tu me dijiste que la sangre de mi hijo estaba muy rica, y que cuando lo volvería a llevar. Ella respondió: -¡Mentira!, yo jamas haría una cosa así a una inocente criatura.
Luego paso otro testigo, que era hombre, a declarar contra Antonieta:
-Acuso a esta mujer de bruja, ya que un día me llevo a su casa con engaños, dijo que me tenia un remedio que yo necesitaba, y al llegar me vendo los ojos, me amarro de pies y manos, me desnudo y comenzó a morderme algunas partes intimas del cuerpo, yo le gritaba ¿qué me haces?, ¿qué me haces?, pero nada me respondía, solo me mordía, me golpeaba, y me torturaba algunas partes de mi cuerpo, después me desamarro y me quito la venda y me dijo: ?¡Pobre de ti! si le cuentas a alguien lo sucedido, pues te echare una maldición a ti y a toda tu familia si confiesas?, entonces yo por miedo nunca dije nada. Luego llego otro hombre llego a declarar: Antonieta me dijo que tenia a todos los hombres del pueblo embrujados, que por eso estaban enamorados de ella y pronto caían a sus pies como perros. Pero Antonieta dijo: es otra maldita calumnia contra mi, soy inocente. Después una mujer llamada Remedios declaró esto:
-Yo acuso a Antonieta de que un día, saliendo de misa me insinúo a que practicara la brujería, que ella me iba a enseñar como se hacía, y también me enseñaría a tener pactos con el diablo, pero yo no acepte, y luego me fui corriendo hasta mi casa. Y desde entonces me daba mucho miedo verla aunque sea de lejos, pero ahora declaro para que sea castigada por esto. Antonieta respondió: ¡Jamas haría eso!. . La gente allí reunida decía: ¡Mentirosa!¡mentirosa!, sabemos que una mujer como tu niega eso, ¡maldita, maldita!, ojalá ardas por siempre en el infierno. Otra mujer, declaro esto: - Un día recurrí a esta mujer, para haber si podía salir embarazada, ya que tengo una enfermedad que no permite que esto suceda, entonces ella medio a comer una fruta que yo desconozco y al día siguiente, amaneció mi vientre hinchado y mis pechos con leche entonces yo dije: resulto, ahora si estoy embarazada, pasaron los nueve meses y al dar a luz, me horrorice al saber que lo que había tenido era un ¡monstruo! con cara de cochino y cuerpo de niño, la partera al verlo cayo desmayada, luego al agarrarlo yo, se convirtió en una serpiente larguisisisima que salto hacia mis senos a chuparme la leche, yo grite llena de espanto: ¡Ave María Purísima!, y la serpiente, salio rápidamente, entonces le pregunte a Antonieta que porque había tenido ese monstruo, y ella me respondió que era su hijo lo que yo había tenido. Luego se paro la mujer y grito delante de todos: No hay duda de que Antonieta es una Bruja, y que todas las noches la visita el diablo. Entonces el juez dijo: Responde de una vez por todas, ¿eres bruja o no?, Antonieta dijo con voz fuerte y clara: ¡NO!, por Dios Santo que no, por la Virgen del Rosario que no, por mi vida que no. La gente empezó a gritar otra vez: ¡Mentirosa!, ¡blasfema !, sabemos que tu eres bruja, y en nombre Santo dices que no eres, eso es sacrilegio, profanación, burla hacia Dios. Entonces empezaron a decir: Atorméntenla para que hable, atorméntenla para que hable!. El juez con voz fuerte dijo: Enciérrenla en la cárcel, sin darle pan, solo agua, hasta que no hable. Y así fue, ella estuvo encerrada en la cárcel por 15 días, sin probar alimento, sin ver la luz del sol. Mientras tanto, afuera de la casa del juicio, la gente del pueblo decía, ¿cómo es posible que una mujer tan devota y piadosa pueda ser una bruja?, pues si es que se le ahorque o apedree. El joven quien un día había ido a la casa de Antonieta para traerla a declarar, volvió en si, entonces todos comenzaron a preguntarle: ¿qué paso?, ¿qué paso?... el dijo con voz temblorosa y llorando: tengo miedo, tengo miedo. No temas dijeron los presentes, nosotros estamos aquí y no te pasara nada. Entonces el volvió a gritar llorando y desesperado: tengo miedo, tengo miedo. Así duro tres días, hasta que declaró que al llegar a la casa de Anonieta, ella lo paso, y cerró la puerta de su casa y de repente vio como ella pinchaba un muñeco de trapo con unas enormes agujas, este daba gritos de dolor y se retorcía, solo le escurrían chorros de sangre. Entonces el joven muy asustado trato de abrir la puerta pero esto era imposible, pues tenia candado. Ella le dio una mordida en el cuello que hizo que este se desmayara, el joven también confeso que Antonieta recogía tierra del panteón a media noche, y la daba mezclada con comida, para mandar de regalo bocadillos a las personas, también confeso que cada noche Antonieta tenia relaciones con el diablo, hacia rituales y bailaba alrededor de una fogata al ritmo de los tambores que tocaban los indios, y que sacrificaba gatos y gallinas para luego ofrecérselas a los espíritus del mas allá, sobre todo en las noches de luna llena. También declaro que ella había sido causante de muchos abortos, había hecho impotentes a muchos hombres y estériles a muchas mujeres. Esto horrorizo a todos, entonces todo el pueblo y algunos ranchos se reunieron en la plaza para dar muerte a la bruja. Luego el juez ordeno que la sacaran de la cárcel y la entrego al pueblo para que la castigaran. Al salir de la cárcel la gente le gritaba: ¡bruja!, ¡bruja!, ella con voz fuerte dijo: La pagaran todos, me vengare de ustedes, entonces la indignación y el coraje de las personas no se hicieron esperar, comenzaron a arrastrarla de su larga cabellera por la calles de tierra de Totatiche, dejando como pedazos de cráneo tirados, la apedrearon, la patearon, la escupieron, la torturaron, y le golpearon su cara hasta destrozarcela. Por fin cuando la creyeron muerta, la tiraron en las afueras del pueblo, pensando que ya había muerto. Al día siguiente fueron por el cuerpo a donde lo habían tirado, para darle sepultura, y cual va siendo la sorpresa que en el lugar del cuerpo hallaron una muñeca de trapo cubierta de sangre amarrado con cabellos de ella. Los que habían ido, corrieron a avisar lo sucedido, entonces la gente alarmada comenzaron a decir que no había muerto Antonieta, y que pronto se vengaría del pueblo. Mientras tanto algunos de los hombres del pueblo se reunieron y fueron a la casa de Antonieta a buscarla, mas no la hallaron, y uno de ellos diviso a los indios que en otros tiempos acompañaban a Antonieta al pueblo, luego los agarraron y los encarcelaron. Día con día les preguntaban que donde estaba la Antonienta, ellos no respondían nada, entonces con chicotes de cuero los flagelaban por la espalda y el estomago para que confesaran, pero ellos dando gritos de dolor decían: No sabemos, no sabemos, y solo escurría su sangre como arroyos por todo el suelo, hasta que los mataron de tantos golpes. Paso todo un año, y todo estaba tranquilo, hasta que una noche, una mujer se despertó asustadisima al oír que su bebe comenzó a llorar desesperado, entonces oyó una fuerte carcajada como de viejita, ella asustada comenzó a mirar a todos lados, entonces oyó muy cerca de ella, los pasos de un caballo, y vio que era el cuerpo de un chango, con la cara de una mujer marcada con cicatrices, y pies de caballo, que llevaba a su niño en los brazos, entonces ella agarro un crucifijo y gritó fuertisimo: ¡Jesucristo ampárame!, entonces al ver la cruz y al oír esto, el maléfico chango con cara de mujer y pies de caballo dio un grito de horror tremendo que despertó a todos los vecinos, soltó al bebe y desapareció por la ventana, dejando un olor horrible y sofocante como de azufre. A la maña siguiente, aparecieron sobre la cama muchos cabellos de caballo, al enterarse todas las personas del pueblo se llenaron de un gran temor que los hacían temblar de miedo. A la noche siguiente, se escuchaban unos tremendos llantos por todo el pueblo como si todos los niños del pueblo llorarán, y a la mañana siguiente, se estremeció la piel de todos, al ver absolutamente que todos los niños menores de 4 años tenían grandes marcas en su cuellito como si fueran mordidas de víbora. Los mas grandecitos que habían sido chupados, dijeron que un chango con cara de viejita, los había mordido y chupado la sangre, y cada vez que los chupaba, les sonreía y se ponía a bailar. Día con día, antes de que oscureciera, se cerraban bien las puertas y ventanas de todas las casas, para que llegando la noche la bruja no entrara a chupar sangre. Todas las madres por miedo a que la bruja oyera los lloridos de los niños en las noches, para dormirlos pronto les cantaban esta canción: A la rorro niño, a la rorro ya, duermace mi niño, que la bruja viene ya?, de aquí el tradicional canto que la gente de ahora no sabe su significado. Al llegar la noche solo se oían los gritos de gatos, y horribles ladridos de perros, que custodiaban las puertas de las casas, y al sonar en el reloj las doce campanadas de la media noche, se oían toquidos en las puertas de las casas, pero nadie abría la puerta, pues sabían que entraba la bruja, luego se comenzaba a escuchar por el aire, los gritos espantosos y horribles como si fueran lamentos de una mujer mezclados con el chiflido del viento, que hacían estremecer de miedo a los que estuvieran despiertos. Así duraron los habitantes de Totatiche 9 meses, cerrando puertas y ventanas por miedo a que entrara la bruja a saborear la sangre de los niños..
Continuara..
-Enséñame la cortada,- el se quito su camisita y voy viendo una marca como de cruz abajito del hombro, esto me espanto mucho y me regrese a la casa de Antonieta. Al llegar le dije: -Antonieta, que le hiciste a mi hijo- ella con voz de burla me dijo:
-Tu hijito tiene la sangre muy sabrosa, a ver cuando lo vuelves a traer.
Yo espantada con mi hijo en los brazos, empece a correr hasta llegar a este lugar.
Entonces uno de los allí presentes dijo:
-Realmente es una bruja, que alguien vaya y la traiga para que declare esto.
El grupo de hombres se puso de acuerdo para ir a la casa de Antonieta, para traerla a la casa de juicio para que declarara, pero el hijo del jefe del grupo supo lo sucedido y se entero que iban a ir a la casa de Antonieta; con deseos de conquistarla y deseando hacer cosas prohibidas con ella, le dijo a su padre que el solo iría por Antonieta. Pero el padre de este pensando que ella era una bruja se lo prohibió, no obstante el hijo empeñado en ir dijo a su padre que como creería tal historia de que Antonieta fuera bruja, que eran solo chismes de gente envidiosa que querían dañar su reputación solo por envidia y celos. El padre de este, convencido por su hijo, lo dejo ir a casa de Antonieta.
Así pues, a la mañana siguiente, el joven partió rumbo a la casa de Antonieta, para traerla al pueblo para que declarara sobre si era verdad lo ocurrido con el niño. Llego la noche, y el joven no aparecía, entonces la madre de este le dijo a su esposo:
-Mi hijo no ha llegado, tengo miedo que esa mujer le haya hecho algo malo-, pero el esposo le dijo: No te preocupes, ya ves como son los muchachos, ha de estar haciendo... ya sabes... con ella, el es un muchacho rico y apuesto, cualquier muchacha se dejaría. Pero la madre del joven muy angustiada, pago para que un grupo de hombres fuera a buscar a su hijo, entonces pues comenzó la búsqueda, y al llegar al cerro de la cofradía, se encontraron con la sorpresa de que alguien estaba tirado debajo de una peña, pero pensando que podía ser algún borracho no hicieron caso, hasta que uno de ellos dijo: Vayamos a ver, quizá sea el joven. Al llegar, se encontraron la sorpresa de que ¡si era el joven!, pero traía la ropas desgarradas y sucias, llenas de lodo y sangre y estaba tiemble y tiemble. Ellos lo tomaron y lo llevaron hasta su casa, donde estaban todos esperándolo. Al llegar, su madre dio un grito y dijo: ¡hijo, que te paso!, pero el hijo no respondió nada, estaba como ido, como olvidado de si. Entonces lo acostaron en su cama, le quitaron sus ropas y cual va siendo la sorpresa que tenia marcas como de quemadas en todo el cuerpo, en forma como de estrellas. Entonces su padre furioso dijo: mañana traeremos a esa mujer viva o muerta. A la mañana siguiente, a muy tempranas horas, todo el grupo de los hombres influyentes del pueblo acompañados por otros hombres y el padre del joven se dirigieron a la casa de Antonieta. Sin tocar abrieron la puerta de su casa, y Antonieta se encontraba sentada en el piso cosiendo unos chales, cuando de pronto uno de ellos le dijo: mala mujer, venimos por ti para llevarte presa hasta que aclares los crímenes que cometiste con el niño y con joven Pedro el día de ayer. Antonieta se paro y temblando dijo: -no se de que me hablan, no se de que niño ni de que joven me dicen. Pero el padre del joven enojado le dijo: -maldita perra, di que le hiciste a mi hijo,- pero ella insistía diciendo: -yo no se que dicen, no se de que me hablan-. Entonces ellos la tomaron a la fuerza y la llevaron presa hasta la cárcel del pueblo, donde la encerraron todo el día y la noche, en la celda mas oscura, tenebrosa y apestosa de todas, hasta que declarara lo que hizo. Al día siguiente, en la mañana, todo el pueblo enterado de lo ocurrido, corrió a la casa del juicio a ver lo que sucedía, entonces se llevo acabo el primer juicio. Un hombre llamado Eufemio, que se le conocía por sus tremendos juicios que hacia, y por las horribles sentencias que daba, fue el encargado de hacer el juicio de Antonieta. Ya estando dentro de la casa del juicio, se juntaron algunos testigos a declarar contra Antonieta, y también se reunió la gente mas rica del pueblo para escuchar el juicio. De repente el juez dijo: ?Traigan a la presa?, entonces llevaron a Antonieta, toda golpeada ante el tribunal, se ordeno que la ataran de manos mientras el juicio. Y comenzó el juicio:
El juez le pregunto: Quien eres, pues nadie en el pueblo ha sabido de que familia provienes ni quienes son tus padres. Ella contesto: Mi padre era un hombre de tierras lejanas, español, y mi madre una india, que al darme a luz murió, entonces mis abuelos unos pobres y humildes indios me criaron. Entonces el juez dijo:
-Antonieta, se te acusa de haber llevado al hijo de María Esther a un cuarto, y haberle cortado y chupado la sangre, ¿qué respondes de esta acusación?. Entonces Antonieta dijo: -En verdad que yo no hice eso, jamas le corte al niño nada.-
La madre del niño se levanto enojada y dijo:
-No seas mentirosa Antonieta, mi hijo dijo que tu lo cortaste y después le chupaste la sangre, entonces yo me regrese aclarar esto, y tu me dijiste que la sangre de mi hijo estaba muy rica, y que cuando lo volvería a llevar. Ella respondió: -¡Mentira!, yo jamas haría una cosa así a una inocente criatura.
Luego paso otro testigo, que era hombre, a declarar contra Antonieta:
-Acuso a esta mujer de bruja, ya que un día me llevo a su casa con engaños, dijo que me tenia un remedio que yo necesitaba, y al llegar me vendo los ojos, me amarro de pies y manos, me desnudo y comenzó a morderme algunas partes intimas del cuerpo, yo le gritaba ¿qué me haces?, ¿qué me haces?, pero nada me respondía, solo me mordía, me golpeaba, y me torturaba algunas partes de mi cuerpo, después me desamarro y me quito la venda y me dijo: ?¡Pobre de ti! si le cuentas a alguien lo sucedido, pues te echare una maldición a ti y a toda tu familia si confiesas?, entonces yo por miedo nunca dije nada. Luego llego otro hombre llego a declarar: Antonieta me dijo que tenia a todos los hombres del pueblo embrujados, que por eso estaban enamorados de ella y pronto caían a sus pies como perros. Pero Antonieta dijo: es otra maldita calumnia contra mi, soy inocente. Después una mujer llamada Remedios declaró esto:
-Yo acuso a Antonieta de que un día, saliendo de misa me insinúo a que practicara la brujería, que ella me iba a enseñar como se hacía, y también me enseñaría a tener pactos con el diablo, pero yo no acepte, y luego me fui corriendo hasta mi casa. Y desde entonces me daba mucho miedo verla aunque sea de lejos, pero ahora declaro para que sea castigada por esto. Antonieta respondió: ¡Jamas haría eso!. . La gente allí reunida decía: ¡Mentirosa!¡mentirosa!, sabemos que una mujer como tu niega eso, ¡maldita, maldita!, ojalá ardas por siempre en el infierno. Otra mujer, declaro esto: - Un día recurrí a esta mujer, para haber si podía salir embarazada, ya que tengo una enfermedad que no permite que esto suceda, entonces ella medio a comer una fruta que yo desconozco y al día siguiente, amaneció mi vientre hinchado y mis pechos con leche entonces yo dije: resulto, ahora si estoy embarazada, pasaron los nueve meses y al dar a luz, me horrorice al saber que lo que había tenido era un ¡monstruo! con cara de cochino y cuerpo de niño, la partera al verlo cayo desmayada, luego al agarrarlo yo, se convirtió en una serpiente larguisisisima que salto hacia mis senos a chuparme la leche, yo grite llena de espanto: ¡Ave María Purísima!, y la serpiente, salio rápidamente, entonces le pregunte a Antonieta que porque había tenido ese monstruo, y ella me respondió que era su hijo lo que yo había tenido. Luego se paro la mujer y grito delante de todos: No hay duda de que Antonieta es una Bruja, y que todas las noches la visita el diablo. Entonces el juez dijo: Responde de una vez por todas, ¿eres bruja o no?, Antonieta dijo con voz fuerte y clara: ¡NO!, por Dios Santo que no, por la Virgen del Rosario que no, por mi vida que no. La gente empezó a gritar otra vez: ¡Mentirosa!, ¡blasfema !, sabemos que tu eres bruja, y en nombre Santo dices que no eres, eso es sacrilegio, profanación, burla hacia Dios. Entonces empezaron a decir: Atorméntenla para que hable, atorméntenla para que hable!. El juez con voz fuerte dijo: Enciérrenla en la cárcel, sin darle pan, solo agua, hasta que no hable. Y así fue, ella estuvo encerrada en la cárcel por 15 días, sin probar alimento, sin ver la luz del sol. Mientras tanto, afuera de la casa del juicio, la gente del pueblo decía, ¿cómo es posible que una mujer tan devota y piadosa pueda ser una bruja?, pues si es que se le ahorque o apedree. El joven quien un día había ido a la casa de Antonieta para traerla a declarar, volvió en si, entonces todos comenzaron a preguntarle: ¿qué paso?, ¿qué paso?... el dijo con voz temblorosa y llorando: tengo miedo, tengo miedo. No temas dijeron los presentes, nosotros estamos aquí y no te pasara nada. Entonces el volvió a gritar llorando y desesperado: tengo miedo, tengo miedo. Así duro tres días, hasta que declaró que al llegar a la casa de Anonieta, ella lo paso, y cerró la puerta de su casa y de repente vio como ella pinchaba un muñeco de trapo con unas enormes agujas, este daba gritos de dolor y se retorcía, solo le escurrían chorros de sangre. Entonces el joven muy asustado trato de abrir la puerta pero esto era imposible, pues tenia candado. Ella le dio una mordida en el cuello que hizo que este se desmayara, el joven también confeso que Antonieta recogía tierra del panteón a media noche, y la daba mezclada con comida, para mandar de regalo bocadillos a las personas, también confeso que cada noche Antonieta tenia relaciones con el diablo, hacia rituales y bailaba alrededor de una fogata al ritmo de los tambores que tocaban los indios, y que sacrificaba gatos y gallinas para luego ofrecérselas a los espíritus del mas allá, sobre todo en las noches de luna llena. También declaro que ella había sido causante de muchos abortos, había hecho impotentes a muchos hombres y estériles a muchas mujeres. Esto horrorizo a todos, entonces todo el pueblo y algunos ranchos se reunieron en la plaza para dar muerte a la bruja. Luego el juez ordeno que la sacaran de la cárcel y la entrego al pueblo para que la castigaran. Al salir de la cárcel la gente le gritaba: ¡bruja!, ¡bruja!, ella con voz fuerte dijo: La pagaran todos, me vengare de ustedes, entonces la indignación y el coraje de las personas no se hicieron esperar, comenzaron a arrastrarla de su larga cabellera por la calles de tierra de Totatiche, dejando como pedazos de cráneo tirados, la apedrearon, la patearon, la escupieron, la torturaron, y le golpearon su cara hasta destrozarcela. Por fin cuando la creyeron muerta, la tiraron en las afueras del pueblo, pensando que ya había muerto. Al día siguiente fueron por el cuerpo a donde lo habían tirado, para darle sepultura, y cual va siendo la sorpresa que en el lugar del cuerpo hallaron una muñeca de trapo cubierta de sangre amarrado con cabellos de ella. Los que habían ido, corrieron a avisar lo sucedido, entonces la gente alarmada comenzaron a decir que no había muerto Antonieta, y que pronto se vengaría del pueblo. Mientras tanto algunos de los hombres del pueblo se reunieron y fueron a la casa de Antonieta a buscarla, mas no la hallaron, y uno de ellos diviso a los indios que en otros tiempos acompañaban a Antonieta al pueblo, luego los agarraron y los encarcelaron. Día con día les preguntaban que donde estaba la Antonienta, ellos no respondían nada, entonces con chicotes de cuero los flagelaban por la espalda y el estomago para que confesaran, pero ellos dando gritos de dolor decían: No sabemos, no sabemos, y solo escurría su sangre como arroyos por todo el suelo, hasta que los mataron de tantos golpes. Paso todo un año, y todo estaba tranquilo, hasta que una noche, una mujer se despertó asustadisima al oír que su bebe comenzó a llorar desesperado, entonces oyó una fuerte carcajada como de viejita, ella asustada comenzó a mirar a todos lados, entonces oyó muy cerca de ella, los pasos de un caballo, y vio que era el cuerpo de un chango, con la cara de una mujer marcada con cicatrices, y pies de caballo, que llevaba a su niño en los brazos, entonces ella agarro un crucifijo y gritó fuertisimo: ¡Jesucristo ampárame!, entonces al ver la cruz y al oír esto, el maléfico chango con cara de mujer y pies de caballo dio un grito de horror tremendo que despertó a todos los vecinos, soltó al bebe y desapareció por la ventana, dejando un olor horrible y sofocante como de azufre. A la maña siguiente, aparecieron sobre la cama muchos cabellos de caballo, al enterarse todas las personas del pueblo se llenaron de un gran temor que los hacían temblar de miedo. A la noche siguiente, se escuchaban unos tremendos llantos por todo el pueblo como si todos los niños del pueblo llorarán, y a la mañana siguiente, se estremeció la piel de todos, al ver absolutamente que todos los niños menores de 4 años tenían grandes marcas en su cuellito como si fueran mordidas de víbora. Los mas grandecitos que habían sido chupados, dijeron que un chango con cara de viejita, los había mordido y chupado la sangre, y cada vez que los chupaba, les sonreía y se ponía a bailar. Día con día, antes de que oscureciera, se cerraban bien las puertas y ventanas de todas las casas, para que llegando la noche la bruja no entrara a chupar sangre. Todas las madres por miedo a que la bruja oyera los lloridos de los niños en las noches, para dormirlos pronto les cantaban esta canción: A la rorro niño, a la rorro ya, duermace mi niño, que la bruja viene ya?, de aquí el tradicional canto que la gente de ahora no sabe su significado. Al llegar la noche solo se oían los gritos de gatos, y horribles ladridos de perros, que custodiaban las puertas de las casas, y al sonar en el reloj las doce campanadas de la media noche, se oían toquidos en las puertas de las casas, pero nadie abría la puerta, pues sabían que entraba la bruja, luego se comenzaba a escuchar por el aire, los gritos espantosos y horribles como si fueran lamentos de una mujer mezclados con el chiflido del viento, que hacían estremecer de miedo a los que estuvieran despiertos. Así duraron los habitantes de Totatiche 9 meses, cerrando puertas y ventanas por miedo a que entrara la bruja a saborear la sangre de los niños..
Continuara..