El violador
Diana recibió una carta de Randy que decía:Ven a mi casa deprisa, y que no te vea nadie.
Randy
Diana fue por la noche a casa de su hermano, quien le recibió con su cara y su brazo quemado. Diana no tardó en darse cuenta de que la culpa era suya. Pidió perdón, aun así Randy le ignoró y le dijo:
- Lo que me has hecho no importa, ahora la policía te busca por asesinato, no voy a detenerte, pero te vendría bien irte de la ciudad. Un amigo me ha pasado la dirección de un acusado de violación. Se escapó de la cárcel y se cree que vive ahí. Ve a matarlo a esa ciudad y no vuelvas más por aquí. Porque la policía, te repito, no dudará en dispararte.
Randy llevó a Diana a la ciudad donde vivía el violador y Diana se lo agradeció. Antes de irse Randy le preguntó:
- Por cierto, ¿Por qué le arrancaste el riñón al traficante?
- ¿Qué? Pero si yo no...
- Da igual, déjalo.- Dijo arrancando el coche.
Diana fue a la nueva dirección y llamó a la puerta del supuesto violador. Abrió un hombre con barba, de unos cuarenta años, la miró de arriba a abajo y dijo con voz dulce:
- Hola, ¿qué quiere, señorita?
- Buenas tardes, soy nueva en el vecindario y me estoy mudando, ¿Le importaría prestarme algo de sal?
- Claro, pasa, entra, siéntete como si estuvieras en tu casa.
El violador se adentró en la cocina y salió con unos alambres de metal, intentó coger a Diana, pero esta agarró los alambres y el violador se quemó. Diana se volvió totalmente una llamarada y atravesó al violador quemándole totalmente y recuperando su forma, incluyendo su ropa, detrás de él. Cogió los alambres y le fue a ahogar con ellos, pero se calentaron tanto que le arrancó la cabeza.
Diana se dio la vuelta para buscar dónde quemar la casa y vio un hombre mirándola, no, mirándola está mal dicho, pues no tenía cuencas. Llevaba una sudadera azul y una máscara también azul que le cubría la cara, salvo sus cuencas, que chorreaban un espeso líquido negro.
- Me llaman Eyeless Jack.- Veo que te dedicas a matar a los que matan. Muy noble.
- Yo soy... Diana, Diana Damage.
- ¿Damage? ¿Por qué?
- ¿Por qué?- Dijo Diana pensando en Randy.- Porque aunque mis motivos sean nobles, daño a todos mis seres queridos, no puedo evitar estar ardiendo.
- Bueno, déjame preguntarte, ¿Por qué matas asesinos?
- Tengo dos razones, fui asesinada por un monstruo, y, por justicia, y también, para encontrar a mi novio Viktor.
Al escuchar el nombre de Viktor recordó el adolescente que había revivido él hacía año y medio. Aquel que ahora se hacía llamar Viktor Vendetta. Y que también asesina a los asesinos.
- Tu novio es alguien muy noble también. Buena suerte, aunque no la necesitarás para encontrarlo.- Jack dijo esto y se fue andando, pero cuando Diana fue para preguntarle había desaparecido.
Desde ese entonces Diana busca criminales que hayan quitado una o más vidas para acabar con ellos, hacer justicia y, si es posible, reencontrarse con Viktor...