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- 25 Jun 2025
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Buenas noches, a cualquier integrante de ésta comunidad que se haya detenido a leer esto.
No es algún relato de fetiche, ni algo a lo que se esté acostumbrado a frecuentar en éste tipo de foro, solamente es el desahogo de un joven que a pesar de haber vivido poco, siente que son muchas cosas que rondan en una mente inexperta.
Tengo 22 años (casi 23), soy de Venezuela.
El motivo por el cual decido escribir algo como esto es poder expresarme en un entorno donde probablemente no seré juzgado por mi manera de pensar.
A pesar de mi corta edad, tengo un trabajo formal, estable, donde tengo ingresos aproximados de 1.400$ por mes que, si bien no es algo malo, es parte que atribuye a mí falta de empatía. Obviamente mi trabajo es de carácter legal.
Y de la empatía es que se trata esto, ya que casi se cumplen 6 años del fallecimiento de mi madre por cáncer, siendo ella la única persona que en mi infancia velaba por mí y realmente sentí que quería, más los estudios que decidí ejercer acabaron lentamente con esa mente inocente que desearía no haber perdido nunca.
A este punto, donde laboralmente no estoy mal, socialmente estoy rodeado de un entorno donde me destaco entre los demás, amorosamente tengo a una "pareja estable", es justo donde no me siento lleno por nada.
¿El dinero? Va y viene, gracias a Dios me he podido dar mis gustos en un país donde se sobrevive con sueldo mínimo.
¿Amigos? No considero a nadie mi amigo pues vivo en un ambiente donde hasta el más grande compañero en cualquier momento puede jugar en tu contra.
¿Amor? Antes lo veía como algo importante, pero solo basta con llamar a un par de mujeres que tienen la facilidad de quedar conmigo en un hotel y satisfacer mis necesidades.
A todo esto, ¿dónde quedó el sentido de tener una vida digna? Claro que trabajo duro, hay días en los que no duermo ni me alimento, pero son producto de una costumbre que más allá de ser un reto, es el pan de cada día.
Construir una familia, tener un hogar, y dejar un legado del cual sentirme orgulloso.
Sí, suena excelente esa idea, pero lamentablemente mi entorno laboral impide siquiera mi visita a casa, ¿tendré hijos que no podré ver? Me parece la idea de un padre ausente que se justifica con la absurda excusa de "llevar el pan a casa", pero de eso no se trata formar una familia.
Estudié arduamente durante cuatro años, me gradué con honores siendo el número uno, ¿y de qué valió? Claro que estoy cómodo, pero llegados a este nivel, la comodidad es algo subjetivo que se interpreta por... ¿ganar un sueldo digno? Sí, claro.
Obviamente no es mi idea suicidarme, aunque más de una vez fue algo que pasó fugazmente por mi mente, pero sería un desperdicio haber invertido tantos años en una carrera que si bien es difícil, me da lo que necesito.
Vivir para trabajar, trabajar para vivir, el dilema de muchos, el paradigma del cual intentamos justificar con ciertos patrones distintos que hacen diferenciar una cosa de la otra, pero que al final nos vemos confinados a unos escritorios, a una oficina que lleva colgada en una pared alguna foto familiar, algún recuerdo o en mi caso, mi graduación.
¿Para qué está ahí? ¿Para recordarte lo mucho que has crecido? ¿Para hacerte ver lo ignorante que eras al pensar que eso iba a ser un logro?
Anhelo el día en el que algo me haga sentir vivo, y no me refiero a alguna experiencia extrema, estar al borde de la muerte o saltar de paracaidismo, sino a algo que sea el responsable de pensar que mi lugar en el mundo es bien merecido.
Dudo mucho que alguien se detenga a leer algo como esto, pero me satisface el hecho de leer lo que en mi mente da vueltas, lo que es una pequeña parte de todos los pensamientos que recorren mi mente día a día.
Y si de verdad lo leíste, te agradezco el tiempo y la paciencia de adentrarte en una mente abstracta que ya no encuentra las oraciones correctas para hacerse entender.
No es algún relato de fetiche, ni algo a lo que se esté acostumbrado a frecuentar en éste tipo de foro, solamente es el desahogo de un joven que a pesar de haber vivido poco, siente que son muchas cosas que rondan en una mente inexperta.
Tengo 22 años (casi 23), soy de Venezuela.
El motivo por el cual decido escribir algo como esto es poder expresarme en un entorno donde probablemente no seré juzgado por mi manera de pensar.
A pesar de mi corta edad, tengo un trabajo formal, estable, donde tengo ingresos aproximados de 1.400$ por mes que, si bien no es algo malo, es parte que atribuye a mí falta de empatía. Obviamente mi trabajo es de carácter legal.
Y de la empatía es que se trata esto, ya que casi se cumplen 6 años del fallecimiento de mi madre por cáncer, siendo ella la única persona que en mi infancia velaba por mí y realmente sentí que quería, más los estudios que decidí ejercer acabaron lentamente con esa mente inocente que desearía no haber perdido nunca.
A este punto, donde laboralmente no estoy mal, socialmente estoy rodeado de un entorno donde me destaco entre los demás, amorosamente tengo a una "pareja estable", es justo donde no me siento lleno por nada.
¿El dinero? Va y viene, gracias a Dios me he podido dar mis gustos en un país donde se sobrevive con sueldo mínimo.
¿Amigos? No considero a nadie mi amigo pues vivo en un ambiente donde hasta el más grande compañero en cualquier momento puede jugar en tu contra.
¿Amor? Antes lo veía como algo importante, pero solo basta con llamar a un par de mujeres que tienen la facilidad de quedar conmigo en un hotel y satisfacer mis necesidades.
A todo esto, ¿dónde quedó el sentido de tener una vida digna? Claro que trabajo duro, hay días en los que no duermo ni me alimento, pero son producto de una costumbre que más allá de ser un reto, es el pan de cada día.
Construir una familia, tener un hogar, y dejar un legado del cual sentirme orgulloso.
Sí, suena excelente esa idea, pero lamentablemente mi entorno laboral impide siquiera mi visita a casa, ¿tendré hijos que no podré ver? Me parece la idea de un padre ausente que se justifica con la absurda excusa de "llevar el pan a casa", pero de eso no se trata formar una familia.
Estudié arduamente durante cuatro años, me gradué con honores siendo el número uno, ¿y de qué valió? Claro que estoy cómodo, pero llegados a este nivel, la comodidad es algo subjetivo que se interpreta por... ¿ganar un sueldo digno? Sí, claro.
Obviamente no es mi idea suicidarme, aunque más de una vez fue algo que pasó fugazmente por mi mente, pero sería un desperdicio haber invertido tantos años en una carrera que si bien es difícil, me da lo que necesito.
Vivir para trabajar, trabajar para vivir, el dilema de muchos, el paradigma del cual intentamos justificar con ciertos patrones distintos que hacen diferenciar una cosa de la otra, pero que al final nos vemos confinados a unos escritorios, a una oficina que lleva colgada en una pared alguna foto familiar, algún recuerdo o en mi caso, mi graduación.
¿Para qué está ahí? ¿Para recordarte lo mucho que has crecido? ¿Para hacerte ver lo ignorante que eras al pensar que eso iba a ser un logro?
Anhelo el día en el que algo me haga sentir vivo, y no me refiero a alguna experiencia extrema, estar al borde de la muerte o saltar de paracaidismo, sino a algo que sea el responsable de pensar que mi lugar en el mundo es bien merecido.
Dudo mucho que alguien se detenga a leer algo como esto, pero me satisface el hecho de leer lo que en mi mente da vueltas, lo que es una pequeña parte de todos los pensamientos que recorren mi mente día a día.
Y si de verdad lo leíste, te agradezco el tiempo y la paciencia de adentrarte en una mente abstracta que ya no encuentra las oraciones correctas para hacerse entender.