Aguas nocturnas

shinhy_flakes

Jinete Volad@r
Miron
Bakala
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En las frías aguas del lago Welbelliner, en el municipio alemán de löbnitz, un cuento de miedo se expandió en el pueblo que residía al lado. Al parecer, una barca navegaba por la noche y solo tenía un único navegante, un navegante que estaba maldito debido a un trato con el mismísimo diablo.
Elizabeth no estaba segura de si era real o no esa historia, pero a diferencia del resto de jóvenes que se burlaban de los cuentos de terror y les faltaba el respeto a todo el mundo, difuntos incluidos, ella era fan de las historias de terror y de todo aquello que relacionaba a los asesinos, maniáticos, fantasmas, demonios y lugares encantados.
Así que el día que se enteró de la historia de la barca encantada, decidió hacer una expedición hacia löbnitz para experimentar en sus propias carnes una historia de terror similar a las que ella leía en la comodidad de su casa. Por lo que tomo un avión al aeropuerto Flughafen y gracias a un coche alquilado, recorrió unos cuantos kilómetros hasta llegar al pueblo Zschortau.
Una vez adentro, ella preguntó sobre algúnpunto en el que pudiese ella resguardarse mientras estaba de “visita”, siendo respondida con amabilidad por los inquilinos al comentarle sobre un motel no muy lejos de donde ella se encontraba, por lo que allí fue ella, con mucha energía en su cuerpo y bastante motivación en su cerebro, se apoderó de una de las habitaciones del antiguo edifico en unas condiciones decentes y espero a que la noche cayera sobre el día para poder dar paso a la investigación que tanto deseaba hacer.
Pasaron las horas, los cuerpos se movían, ya era de noche y la luna hizo acto de presencia. Agarro una linterna, dos recambios de baterías, una mochila con algunas provisiones más y se puso un vestuario propio para poder salir al bosque que conectaba con el lago, ella podría ser muchas cosas en esta existencia, pero ha leído bastantes libros e historias como para cometer el típico error de salir desarmada y con poca preparación como muchos personajes de ficción.
Salió a la calle y se adentró en su vehículo para acercarse lo mejor posible a werbeliner, aparcando en consecuencia en un pequeño camino de tierra y echarse a caminar por un pequeño periodo de tiempo hasta aparecerse ante el gran cuerpo marino que había en medio de la tierra germánica.
El lago era inmenso y ella solamente pudo sentirse pequeña ante tal majestuosidad: Los rayos de la luna atravesaban el agua a la vez que esta se movía en pequeñas ondulaciones por la oscuridad de la nocturnidad. Por mucho que ella apretara los ojos y se concentrara a más no poder, no era capaz de encontrar nada raro a lo largo del lago, por lo que media hora después de mirar a la nada se dio la vuelta para regresar a su vehículo alquilado.
Aunque algo extraño paso cuando estuvo a mitad de camino hacia la libertad de la mirada acosadora de la luna, extrañamente un gran estruendo se reproducío a espaldas de la muchacha, un ruido húmedo de algo grande emergiendo desde las profundidades del welbelliner y un gran fogonazo de una luz cálida. Debido a este extraño suceso, Elizabeth se dio la vuelta con velocidad para ver qué diablos había pasado, pero solo se encontró con la misma escena tranquilizante de antes... aunque extrañamente unas ondulaciones más grandes se encontraban en un punto en concreto del lago.
La mujer rendida ante la perdida de una noche entera en el que podía habérsela pasado durmiendo a más no poder para recuperar fuerzas del viaje y hacer una mejor exploración e investigación al día siguiente cayó rendida en su cama sin poder quitarse de encima el extraño suceso que vivió allí atrás, aunque era demasiado raro que algo así ocurriera y por más que le intentara dar alguna relación con la barca fantasma o algo similar, solo pudo caer ante los brazos de Morfeo y desaparecer en el reino de la oscuridad apaciguadora.
La nueva mañana apareció, y de el, la luz se extendió. Un nuevo día había llegado y Elizabeth estaba emocionada por lo que se estaba aproximando, aparte de haber comprado un equipamiento de grabación y audio a la par que estuvo investigando por ahí un poquito sobre la leyenda y el origen de la barca y su tripulante maldecido, al mediodía sobre las siete de la tarde cuando el ojo candente de dios estaba empezando a bajar para dejar entrar al otro ojo congelado, sus pasos la guiaron hacia un bar de poca monta, ya que allí supuestamente había alguien que conocía de primera mano la historia de aquella pesadilla con patas y agua.
Ella estaba convencida de que probablemente sea un tipo que quiere algo de atención y afirma cosas que no son verdad, pero en momento desesperados, el cerebro recurre a lo que está al lado. Por lo que ella acudió a aquel lugar para presentarse a la “cita” que tenía con aquel hombre y simplemente se quedó sentada en una de las esquinas más alejadas del resto de consumidores hasta que un hombre se presentó preguntando por su nombre: Un anciano bajito, de pelo blanco como la nieve y bigote, con una ropa antigua pero bien cuidada y de mirada curiosa pero algo decaída. La idea de encontrarse con un lobo de mar alto como las montañas y fuerte como el roble, se desmenuzó en su boca como las pastillas de avecrem para las sopas y se desanimó un poco, pero igualmente decidió seguir hacia delante para ver que se podía encontrar.
Edgar era el nombre de aquel hombre respetuoso que no dejaba de hablar de manera tranquila y formal como si de un duque castellano se tratase, se sentó en el lado opuesto de la mesa, pero en el mismo lugar donde se encontraba ella para estar de par en par y empezaron estos dos a charlar con cordialidad, primero sobre como les iba el día a ambos y luego se fue Elizabeth a lo más jugoso de la conversación: El barco.
Fue notorio que la mirada del pelinegro se ensombreció un poco debido al tópico que estaban a segundos de tocar, algo que pese a la motivación y energía que poseía la muchacha, fue captada por sus ojos y pregunto sobre el motivo de su mal estar, mal estar que sería respondida cuanto cuente su historia, comentaría el más bajo para después relatar su vivencia.
Muchos años atrás un barco mercante de los antiguos, madera, cuerda y hierro Surcaba los mares con su tripulación para transportar las mercancías que obtenían de una ciudad a otra, pero un día un nuevo tripulante surgió de entre las personas para irse por los mares junto al resto y su nombre era Audo Fischer, un pescadero de buen corazón y con unos cuarenta tacos que tiraba a maneras en cuanto a ideas polémicas se refería, este hombre hizo buenas migas con Edgar quien estaba también en ese barco desde hace un tiempecito antes que Audo.
Pasaban los días y el pescadero se hacía cada vez más bienvenido en la plantilla, Audo se hacía conocer debido a que en los momentos libres que tenía de entre cortar peces y preparar sus carnes, se inventaba letras y ritmos sobre varias cosas que se le venían a la cabeza y sobre todo lo que abarcaba el planeta: Un día te cantaba sobre las estaciones del año como que al siguiente te hablaba sobre la corrupción de los gobiernos, un día te hablaba de las estrellas para después cantarte a gritos sobre revolución, Pero había algo que no podía evitar de cantar a todas horas, incluso entre dientes, y era su amor por el lago Welbelliner. En pocas palabras se le podría describir como un rebelde medio hippie en un mundo lleno de tonterías.
Tal fue lo extraordinario que era escuchar a un alemán cantar ese tipo de cosas en aquella época que la gente de los puertos se agrupaban para escucharle cantar en su cocina o en los puentes que conectaban el navío con el puerto, era un espectáculo lo que el podía crear con solo un poco de tiempo para sacar un ritmo y un momento para pensar en las letras. Pero, por desgracia, no todos estaban contentos con sus palabras. Un grupo de mercenarios a manos de un mafioso que tenía pensado meterse en el mundo de la política escucharon lo que este hombre estaba cantando y no les dieron buena espina por donde iban las cosas, si un solo hombre podía cantar tales cosas ante el creciente público que tenía, podía hacer que se les metiera en la cabeza algunos mensajes que el tenía sobre la política y la población que no le haría mucha gracia a su jefe, por lo que fueron flechados hacia el jefe para contarle sobre este nuevo hallazgo
El mafioso, un tal Johnny con una vena italiana que no se la aguantaba ni él, al escuchar estas cosas pensó en que ese tal Fischer podría ser una buena herramienta para poder ascender hacia el poder político y poder hasta gobernar el país, a lo mejor no podría ni en esta vida ni en la otra, pero quien sabe, quien no arriesga no gana, así que mando a dos de sus mejores “lingua d’argento” para persuadir al alemán de que cante para ellos a su favor, aunque no salió como esperaban.
Audo ante las palabras de los dos hombres, no pudo hacer nada más que llorar de la risa que les producía y al día siguiente, antes de zarpar de nuevo a la otra ciudad, cantar unas canciones sobre los italianos y en especial aquel hombre llamado Johnny, teniendo como un pequeño gancho final a lo largo de su última canción un “es verdad, tanto quieres la política tan amada de este mundo, puedes agarrar los votos de todo tu pueblo y metértelo por tu culo d’argento". Una clara burla hacia su persona, burla que no dejaría pasar.
La ira que había sentido el italiano en aquellos momentos cuando fue notificado sobre el resultado de su encargo fue tal que no midió más razones y decidió actuar nada más llegara aquel barco con el fanfarrón de Welbelliner. Así que espero a que los días pasaran y una vez que llego el barco hacia ellos y que al cabo de las horas el ruido de la guitarra y la voz del cantador se hicieran presentes, movilizo sus tropas para poner en marcha su plan.
Fue ahí que dos días después, la noche anterior de la movilización del barco, los tripulantes estaban dormidos placidamente sobre sus hamacas y el Audo muchísimo más que el resto, él era de sueño profundo, pero en un momento dado fue Edgar quien se despertó y decidió salir afuera para darse un pequeño paseo por las afueras y así darse un aire, pero cuando él se dispuso a volver al barco mercante.
Ka boom.
Un horroroso estruendo se hizo presente en la fría noche, haciendo que la ciudad pesquera se alertara por el ruido y Edgar por encima de los demás. Salió corriendo por los caminos hechos de madera del puerto hasta llegar a lo que se suponía que era su barco: Pues este estaba totalmente destruido en pedazos, con algunos de estos en llamas. Todos se arremolinaron alrededor del lugar contemplando con espanto los restos ardientes del barco y se preguntaban como es que algo así había pasado, lo único certero era lo siguiente: Nadie había sobrevivido al estallido del navío.
Al día siguiente, para el horror de Edgar fue el enterarse como algunos empezaron a escupir con veneno rumores sobre que uno de los tripulantes del barco estaba haciendo pactos con entidades prohibidas y con demonios del averno y que aquella noche, a la hora de hacer un ritual, la llama de alguna vela tocaría lo que no debía de tocar y estallo todo por los aires, llevándose consigo todas las vidas del barco quienes no se enteraron de nada, ni se coscaron siquiera de su propia muerte.
Fue así que los años pasaron y las malas lenguas se expandieron no solo por el país sino por todo el mundo. Todos hablaban sobre el barco que estallo por culpa de un ritual mal hecho por un condenado quien se sospechaba que era el mismo Audo Fischer, claro, lo usaron de cabeza de turco debido a la enemistad que se ganó con aquella letra para el italiano.
Aunque algo que no se esperaba nadie era que una noche, 20 años después de todo lo sucedido, un barco en pequeña escala, casi como una barca, fuese avistada en el lago Werbelliner, una barca con una persona agujereada en su interior mirando hacia el infinito mientras iluminaba el lugar con una lámpara de aceite que se llevaba en aquellos tiempos, La gente atando cabos empezó a teorizar que ese podría ser el alma del maldito fanfarrón del lago.
Edgar para terminar su relato le explico a la muchacha que él nunca pudo averiguar por su cuenta si es realmente él o no, ya que él no tiene el valor de acercarse a verle el rostro después de tanto tiempo y de haberle abandonado en el barco y no habérsele unido en el más allá.
Debido a aquellas palabras expulsadas por el anciano, la curiosidad y aquel sexto sentido que ella tenía para las cosas de terror, aunque esta leyenda había dejado de ser de terror para ella, se habían activado a más no poder y una nueva energía le atravesó el cuerpo como un rayo. Antes ella se había movido de la comodidad de los muros de su casa y de las fronteras invisibles de su pueblo para poder cumplir su sueño de vivir una “creepypasta” mal dicha en sus propias carnes, pero ahora ella quería conocer en sus carnes a una persona, un espíritu vengativo sin el vengativo en su nombre que ha vivido tanto a sus cortos cuarenta años que no murió de la manera deseada de cualquiera y saber más sobre su día a día, de su pensamiento sobre todo aquello que lo rodea, sobre su propia visión de la realidad en la que orbita.
Después de una nueva charla entre ellos para alegrarle la tardecita al viejecito, ambos se despidieron y Elizabeth se dirigió hacia el lago para primero cercenarse si es verdad la historia y dos, saber que diablos se encontraría una vez se tirara de cabeza a las aguas de aquel cuerpo marino. Por lo que allí se encontraba ella, colocando en algunos puntos “clave” según su poco conocimiento de lo militar y estratégico y decidió que en vez de quedarse a la intemperie por ella sola, se volvería al motel para estar resguardada del frío nocturno y así hacer un seguimiento de las imágenes en vivo y en directo desde la protección de su habitación.
Al llegar a su habitación y encender su móvil, abrió la aplicación que ella tenía para las cámaras y empezó a observar la majestuosidad del lugar desde la calidad supuestamente HD de estas. Al principio no es que pudiera ver mucho más de lo que ella vio aquel día, pero algo extraño paso a los veinte minutos de estar observando la pantalla y es que algo anaranjado se movía desde lo lejos de welbelliner, como una fogata arrastrándose por el agua.
Cuando se percató de tal hecho, miro con más detenimiento y amplío el zoom de los artilugios para poder ver que era lo que estaba pasando y se asustó en demasía por las vistas: Una barca agujereada por todos lados con algunos puntos de esta ardiendo en llamas, una gran lámpara de aceite brillando con potencia en las manos de una sombra de ojos rojos como zafiros y brillantes como el sol de verano. Si no fuera eso suficiente, Elizabeth maldijo su propia suerte al ver como la cabeza de aquella sombra poco a poco empezó a girarse hasta que sus ojos se toparon con la lente de la cámara y se quedó mirando fijamente a esta, haciendo que poco a poco la imagen empezara a resquebrajarse entre errores y distorsión hasta que solo se pudo escuchar un “Bang” y se quedó todo en silencio.
Era imposible, ¡era todo real! Con mil ideas rondando su cabeza, ahora mismo no pudo pensar con claridad y lo único que pudo hacer fue cogerse una chaqueta y salir por patas del lugar hasta llegar al coche y conducir a velocidades ilegales hasta el lago para ver si era o no era lo que ella pensaba, y diablos si era lo que ella pensaba.
Nada más llegar al escondite perfecto que ella tenía para el coche, corrió hasta encontrarse de nuevo ante el ojo dormido de dios y el gran cuerpo acuático. Busco con sus ojos azules todo el sitio hasta que se dio cuenta de que la barca estaba allí, a lo lejos, moviéndose con lentitud y en silencio, mientras que esa figura que había visto se encontraba ahora sentada, observando con detalle la luna que se posaba en el cielo oscurecido ante la carencia de luz solar.
Debido a lo incómodo que se podría sentir el ver algo que era obviamente fuera de lo común y todo aquello que nosotros como seres humanos llamamos normal a través de una cámara, que esta sea notada por la entidad en cuestión y acto seguido en menos de diez minutos encontrarse cara a cara con esa misma criatura de origen desconocido por el humano ignorante, que prefiere quedarse sumido en la somnolencia de la palabra compartida a través de aquellos que quieren que te enteres de lo que ellos quieren que te enteres. Obviamente, será algo extraño, por lo que ella decidió caminar con lentitud alrededor de todo el lago para poco a poco alcanzar aquella barca ennegrecida por la presencia de la sombra y por la luz de la lámpara que se filtraba entre los boquetes de la madera corrompida por la podredumbre de su naturaleza al combinarse constantemente por el agua dulce de donde se encontraba.
En cierto momento pudo estar enfrente de aquella cosa que se encontraba cerca de la orilla, flotando aún pese la imposibilidad de la realidad, y no pudo evitar sentir aquella pesadumbre que cargaba aquel alemán que miraba sin cesar la llama y que de vez en cuando levantaba sus ojos para mirar el trozo de queso de cabra plateada que brillaba en el cielo, por lo que ella con un vibrato reproducido por el miedo llamo a la criatura para llamar su atención.
Atención que fue dada obviamente, esa criatura se dio la vuelta y miro con tranquilidad a la señora que temblaba ante su presencia, cosa que a este le hacía gracia, pero no dijo nada al respecto para saber cuál sería el siguiente movimiento de la otra persona. Esta, decidió presentarse en primer lugar con educación diciendo su nombre y el motivo de por qué estaba en aquel lugar, mintiendo un poquito diciendo que estaba de paseo y se encontró con tal majestuoso lugar, tratando de dar en un punto importante del fantasma ante ella que era el lago welbelliner.
La criatura ante esas palabras no pudo evitar reír un poco por la forma atropellada que tenía Elizabeth para poder comunicarse, así que este se presentó también diciendo su nombre: Audo Fischer. Y diciendo que este estaba también de paseo, un paseo eterno, pero un paseo al fin y al cabo sobre estas aguas que habían conformado su infancia y la que era su mar de inspiración y un umbral de sueños destrozados por la dinamita y la sal de donde había fallecido los restos de su cuerpo mortal, pero que aun así no tenía planeado abandonar su welbelliner querida aunque su forma corporal se fuera a la bahía para ser el cebo perfecto para los seres marinos que ahí vivían en paz y armonía con los depredadores humanos y los cazadores naturales que la naturaleza brindada por un dios de origen desconocido había sido evolucionado hasta la forma física que tenían ahora.
Elizabeth por curiosidad pregunto si podía acompañar aquella alma atrapada en una versión reducida de condena aquel paseo que este menciono, a lo que esté con gusto acepto y dejo que esta se subiera, maravillándose en el proceso al ver que la barca aguantaba su peso, poco, pero peso físico y esta barca se movió hacia lo profundo del lugar.
Charlaron sobre la actualidad de este mundo puñetero, pero querido igualmente como dijo el pescadero, hablaron sobre como fue que el había llegado hasta aquel espacio marino, de todo lo que el escribió y canto y el motivo del porqué lo cantaba todo, siendo estos la pasión por la música aun pese él siendo un mero pescadero de un barco mercantil que se fue al mismísimo carajo debido a un mafioso que no provenía ni del mismo país, ya que el pecado de la ambición cegada consumía su carne y el ego dolido le penetro cada hueso que conformaba su figura. En cierto momento se habló también sobre la verdadera razón de porque ella estaba aquí, sobre que ella estaba aquí debido a que una leyenda fue escuchada por sus oídos y ojos y quería experimentar en primera mano un verdadero relato de terror en sus carnes, cosa y razón que fue recibido por una carcajada y un rechazo ante la idea de que hubiese terror en algo que no tenía ningún misterio debido a que solamente es un asesinato de primera y ya está.
La noche trascurrió entre tópicos de conversaciones y demás cosas hasta que la chiquilla para su desgracia no podía continuar su paseo por el lago debido a que debía regresar a su habitación para preparar las maletas debido a que faltaba poco para su vuelta a su hogar, así que le pidio que le regresara a la orilla, a lo que este sin problemas se ofreció para hacerlo, acercándola hacia donde ella podía posar sus pies sobre la arena y se retiró hacia donde el agua no mojaba el suelo.
En el momento en el que ellos se despidieron uno del otro, el alemán como últimas palabras le agradeció a Elizabeth el haber pasado un tiempo con él a pesar de todo aquello que habrá escuchado sobre su muerte, le agradeció el no haberle juzgado tan rápido por aquellas pintas desarrapadas que tenía y le pidio como favor que llevará su lámpara de aceite a su buen amigo Edgar, cosa que ella aceptó sin pensárselo.
Audo le entrego su lámpara a la mujer y con una sonrisa en su ensombrecido rostro se embarcó una vez más hacia el lago para continuar su paseo eterno por las aguas de su querido lago. Eli, al ya no poder hacer nada más en aquel lugar, regreso a su coche para llegar al motel y así descansar un poco antes de que la mañana llegase y se tuviera que largar a su tierra natal.
La mañana llegó y un nuevo día se asoma, con un cansancio desgarrador, no le quedo de otra que el guardar sus cosas en las maletas y se fue al aeropuerto a base de autobuses y taxis debido a que tuvo que devolver el coche alquilado al haber finalizado el tiempo del contrato por así decirlo, así que decidió mandar por correo la lámpara de Fischer a su viejo amigo con una nota agradeciéndole el tiempo que se había tomado en aquel bar y que su amigo lo esperaba en el otro lado del lago welbelliner.
Ruido estruendoso, era lo único que podía ser escuchado en el sitio, las aerolíneas estabas hasta arriba de personas y los aviones no paraban de irse por el firmamento y llegar de tierras lejanas o de otras ciudades algo distantes de los pueblos que conformaban el municipio, ella hizo cola para poder pagarse un ticket para salir de una vez por todas de Alemania.
Ya una vez esperado lo suficiente para que llamasen a los pasajeros que tenían que ir al avión destinado a su hogar, ella con añoranza se subió al tren y se sentó después de haber guardado sus cosas y cerro sus ojos debido a su cansancio para caer en nueva cuenta en el reino onírico.
Es curioso como los humanos funcionan en cierta manera... ¿verdad? Un cuento, una mentira bien creada por una persona interesada en conseguir algo sin importarle los medios utilizados para llegar a tal cosa. Una mentira, gestada para tapar un hecho que nadie investigara para saber la verdad debido a que se han acostumbrado a escuchar, callar y acatar sin protestar, al final para qué quieres el don del arte y el don del pensamiento si tú no tienes libertad.